Los coronavirus son relativamente fáciles de destruir. Mediante el uso de un desinfectante en una superficie se puede romper el delicado envoltorio que rodea el pequeño microbio, lo que lo convierte en inofensivo.

Si te lavas las manos antes de tocarte el rostro, deberías estar bien, pues las gotas virales no atraviesan la piel.

Gary Whittaker, profesor de Virología del Colegio de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell.