"Mi esposa, Alessandra Rojo de la Vega, y mis hijos, Martinah, Lucah y Milah, se quedaron en Acapulco, pues los bebés no tenían pasaporte y no podían viajar, pero ya era algo planeado y decidí acompañarlos. Deseo que las cosas en el mundo mejoren, que se acabe la pandemia, tener una vida feliz y plena al lado de mi familia, desarrollarme profesionalmente y ayudar a la mayor cantidad de gente posible”.