La 25ª Enmienda de la Constitución está diseñada principalmente para aclarar el orden presidencial de sucesión.
La primera sección de la enmienda explica qué debería suceder si el Presidente muere, renuncia o es destituido de su cargo: El vicepresidente se convierte en Presidente de inmediato.
El segundo apartado aclara que cuando se produzca “una vacante en el cargo de vicepresidente”, el Presidente deberá nominar un sustituto, quien asumirá el cargo una vez sea confirmado por mayorías en ambas cámaras del Congreso.
La tercera sección permite al Presidente delegar temporalmente sus responsabilidades en el vicepresidente, quien luego actúa como Presidente interino hasta que el Presidente informa a los líderes del Congreso que puede reanudar sus funciones.
La cuarta sección proporciona un proceso de varios pasos para que el vicepresidente y la mayoría de los funcionarios que dirigen las agencias ejecutivas, comúnmente considerados como el gabinete, declaren que el Presidente es “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo”. Ese proceso finalmente requiere un voto de dos tercios de ambas cámaras del Congreso.