Además de mantener una relación estable, el matrimonio Achar Tawil cosechó grandes amistades y era reconocido por compartir interés en las causas nobles.

Tras su irreparable pérdida a causa de su batalla contra el Covid-19, la pareja deja un legado de aprendizaje, altruismo y bondad entre sus más allegados.

Don Víctor Achar Tussie tuvo 11 hermanos, entre ellos José, Moisés, Luis, Allegra, Eduardo (q.e.p.d.), Abraham, Olga, Elvira y Alfredo. 

En 2006, Eduardo y Víctor Achar disfrutaron, junto a Vicente Morales,
de una tarde en el Jockey Club.

Desde pequeño, fue testigo y partícipe del ingenio familiar en los negocios a partir de una tlapalería que tenían; además, vio cómo su hermano mayor, José, siguió los pasos de su padre, cuando adquirió una de las tiendas de pintura más rentables de la Ciudad. 

El empresario fue también un reconocido criador de caballos.

En ese momento, comenzó la historia de éxito de una de las empresas líderes en la industria de pintura y recubrimientos en México, Comex, de la cual don Víctor fue fundador y parte fundamental de su modelo de negocio.


Era común ver a la pareja en competencias hípicas.

Gracias a la experiencia que cosechó a lo largo de los años, supo transmitir a sus allegados y colaboradores su liderazgo a través del conocimiento, tal como lo hizo en el foro Fifth Babson Latin Entrepreneurship Forum, en 2013, en el cual participó en el panel “Entreprenurial mindset in the corporate world”.

Don Víctor fue parte fundamental en el desarrollo de Comex, empresa familiar.

Además de sus logros empresariales, tenía una gran afición por el hipismo. 

Dentro de la escena mexicana, don Víctor fue un criador de caballos que compitieron en las más importantes carreras; incluso, en 2012, fue reconocido como miembro del Salón de la fama del Clásico Internacional del Caribe por haber criado a dos ganadores de dicha competencia, la de mayor relevancia en América Central.

En 1978, logró su primer triunfo en esta carrera de caballos purasangre con el equino “Escarta”, y 10 años después, en 1988, con “Don Gabriel”, para convertirse en uno de los pocos criadores mexicanos que han dado a dos ganadores del Clásico.

Eduardo y Víctor Achar asistieron a la Copa de Criadores en el Jockey Club en 2009.

Conoció a Esther Tawil, su compañera, esposa y amiga, con quien de la mano construyó una pequeña, pero amorosa familia, cuando tuvieron a su hijo, Marcos. 

De Esther, más allá de su afable sonrisa, pocos detalles se conocen de su vida personal, misma que guardó para ella y sus cercanos.Además de ser una estable relación que cosechó innumerables amistades, el matrimonio Achar Tawil era conocido por compartir un interés por ayudar a los demás, pues fue constante colaborador de la organización Cadena, A.C., la cual brinda apoyo humanitario a comunidades vulnerables en diversos países.

En el recuerdo de su hijo y su nuera, Judith Romano, así como de familiares y amigos cercanos, quedará una huella a base de bondad y sabiduría. Descansen en paz.

Con información de: Luis Hernández
Edición: Janett Nathal