En México, existen más de 50 especies de colibríes y, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México, de ese total 19 viven en la Ciudad de México y, aunque no están en peligro de extinción, la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad los tiene considerados como una especie amenazada. 

¿Por qué peligran en la Ciudad de México?

Dos viejos y conocidos enemigos son los responsables de la disminución de la población de esta ave: la contaminación atmosférica y la deforestación. De acuerdo con el sistema de monitoreo de áreas verdes del Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus siglas en inglés), llamado Global Forest Watch, la Ciudad de México perdió, entre los años 2001 y 2019, 167 hectáreas de cobertura arbórea, término que refiere a cualquier tipo de vegetación de más de 5 metros de altura. Una hectárea son 10 mil metros cuadrados, el área aproximada de un campo de fútbol promedio. Es decir, los colibríes llevan años perdiendo sus hogares.

Sí, es cierto, los colibríes van a todos lados, van adonde sea, en tu jardín en tu bebedero, pero los colibres necesitan árboles, habitat para reproducirse. Necesitan lugares donde hacer los nidos, entonces hay que conservar también el habitad natural, y esa es la educacion ambiental que estamos intentando hacer con la gente que nos pide los bebederos, que nos pide los jardines.

Un santuario en crecimiento

Especialistas y ciudadanos no se han quedado de brazos cruzados y han decidido restaurar el hábitat de esta diminuta ave. Entre 2014 y 2020, bajo el liderazgo de la directora de la Facultad de Estudios Superiores (FES Iztacala), la doctora María del Coro Arizmendi Arriaga, se han creado 90 jardines especializados para fomentar la reproducción de esta especie en espacios naturales de la Ciudad de México.

Jardín de colibríes en el Instituto de Educación Media Superior (IEMS), plantel Iztapalapa
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 Los jardines para colibríes se caracterizan por las plantas nativas que más los atraen: mirto, aretillo, muicle, camarón, toronjil silvestre y lavanda. Algunos de estos santuarios para estos polinizadores se encuentran en los institutos de Educación Media Superior (IEMS) Iztapalapa, Iztacalco, Tlalpan, Álvaro Obregón y Milpa Alta.

 

Flores para atraer colibríes en el Zoológico de Los Coyotes, en Tlalpan.
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Los efectos positivos no esperados

La creación de estos jardines no sólo ha logrado controlar la pérdida de población de colibríes. En el IEMS 4 Iztapalapa, en palabras de la doctora Arizmendi, se puso en marcha la colibrí-terapia, estrategia terapéutica que busca fortalecer la estructura psicológica de los estudiantes para que sean más resilientes contra la ansiedad, depresión y agresividad.

Además, junto con personal de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX, se ha capacitado a mujeres para que en una extensión de tierra formen un jardín para polinizadores, donde han sembrado plantas medicinales y alimenticias además de las flores y bebederos. A este programa se le conoce como ‘Mujeres Polinizadoras’ y se ha realizado en los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (Pilares) de las alcaldías Álvaro Obregón, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán y Xochimilco.

 

 

 

Edición: Omar Marroquín

Información: Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de CDMX (Sectei).

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