
Trabajador, honesto y un persona que siempre buscó el bienestar de sus seres queridos, así recordarán a Salvador del Valle Castellanos tras su sensible fallecimiento.

“Hijo muy amado. Pasó por esta vida dejando una estela de luz, de bondad y entrega a los demás, siempre con una gran sonrisa. Extrañaremos tu presencia y honraremos tu vida”.
Chela Castellanos, mamá

Nació el 14 de diciembre de 1973 en París, Francia. Fue el segundo hijo del matrimonio conformado por Salvador del Valle y Chela Castellanos, quienes formaron una familia junto a sus hijos, Javier, Salvador y Eva.

“Su alegría y bondad en la vida hacían de este mundo un mejor lugar”.
Javier del Valle Castellanos, hermano
Desde primaria hasta preparatoria cursó sus estudios en el Colegio Ceyca y se graduó de Ingeniería en Sistemas por la Universidad del Valle de México.

“Un alma alegre que contagiaba felicidad y amor por donde pasara. Lo voy a extrañar mucho”.
Eva del Valle Castellanos, hermana
El principal motor de Chava, como le decían de cariño, fue su hijo, Salvador del Valle Herrera, con quien pasó grandes momentos y del que estaba al pendiente de que tuviera todo lo mejor.

“Siempre te extrañaré”.
Salvador del Valle, papá
El empresario e integrante del Consejo de Administración de la firma familiar Promociones Casper, S.A., siempre se hacía presente en la vida de todos, buscando la manera de escuchar, aconsejar y sacar una sonrisa a los demás.
Dedicó por cerca de 15 años su labor social a la Fundación Quinta Carmelita I.A.P., institución dedicada a la atención integral a niños y niñas en situación de abandono, a quienes les brindan el derecho fundamental de pertenecer a una familia a través de la adopción.

“Mi papá fue un hombre muy alegre y bondadoso con las personas, daba más de lo que podía por todos y, sobre todo, por mí. Papá vivió pocos años, pero muy felices, siempre lo llevaré en el corazón y en cada movimiento que haga. ¡Te amo más que a nadie, papi”.
Salvador del Valle, hijo

Acapulco fue uno de sus destinos favoritos, pues, por años, navegó e hizo pesca deportiva en el Puerto guerrerense.
Los que lo conocieron coinciden en que deja una estela de alegría y bondad en el corazón de su familia y amigos, pues su ejemplo de amor permanecerá en ellos. Descanse en paz.

“Lo mejor que te puede hacer una persona en esta vida es sacarte una sonrisa, y mi tío, Salvador, era experto en eso”.
Patricio del Valle Lagar, sobrino
Edición: Sonia Paredes