Ridrigo Romanov

“Creo que la combinación de la comida y la compañía fueron dos elementos claves para que fuera una noche espectacular. Los diferentes tiempos de alimentos que nos ofrecieron y elmaridaje,

hicieron que fuera una cena única”.

Mientras en la cocina el chef Julián Martínez preparaba la cena de cinco tiempos que iba a ofrecer, en el comedor, Rodrigo Romanov se alistaba para ser el anfitrión, pues, gracias a las experiencias creadas por MillChef, esta noche, la alta gastronomía sería a domicilio.

“Más allá de ser alimentos de primera, creo que la alta cocina lo que ofrece es un deleite al paladar. Desde los detalles del emplatado hasta el momento en el que lo degustas, genera un conjunto de elementos entre sabores y emociones que hacen que vivas una culinaria”, expresó el productor comercial.


hristine Griffing y Sofía Lascurain

A la velada estuvieron invitados cinco amigos cercanos de Rodrigo, quienes de una manera segura disfrutaron con él de este menú que comenzó con tres aperitivos: una croqueta de risotto, una foccacia con verduras encurtidas en aceite de oliva y un gelée de champagne con crema de fois gras y espuma de parmesano.  

“Mi parte favorita fue, definitivamente, sentarnos todos en la mesa y reunirnos. Me sorprendió muchísimo y me gustó que nos sentíamos muy cercanos al chef, porque él nos platicaba de cada platillo. Nos consintieron mucho”, comentó la creadora de contenido Sofía Lascurain.


Juan Carlos Quintero

Para el especialista en alta cocina italiana, se trató de una manera novedosa de mostrar sus platillos y de reactivar el mundo de la gastronomía de una forma muy segura y consiente. 

“Es importante empezar a hacer estos eventos chiquitos; por ejemplo, hoy que servimos para seis personas, porque así más gente nos conoce como restaurante y también nuestra gastronomía. Es un ganar-ganar y venir a casa de alguien a servirle es muy gratificante”, platicó Julián, quien es la cabeza de Sepia. 

Chef Julián Martínez

Al final de la cena hubo una sorpresa más, pues los invitados pudieron probar un postre muy especial, un falso Camembert, que en realidad era un mousse de queso de cabra y limón, el cual venía maridado con un whisky escocés.

Aunque el menú fue lo más sorprendente y lo que reunió a este grupo de amigos, la convivencia entre ellos y el poderse ver después de tanto tiempo fue un gran respiro y algo que todos extrañaban. 

“Es una gran manera de quedarte en casa con la gente que quieres”, compartió la blogger Ari Camacho.

Ari Camacho