Fue el mejor jugador de Tigres con 4 atajadas para rescatar un punto.
Nunca le tomó la distancia a Omar Fernández. Intentó servicios, pero acertó poco.
Sufrió con la velocidad de Tabó y Fernández. Flojo en sus coberturas.
Arrancó como central y puso orden; cerró como lateral izquierdo.
Fue un comodín. Arrancó como lateral, también jugó de volante, pero sin hacer diferencia.
No salió fino. Le faltó ser desequilibrante y mandar buenos centros.
Debía ser el equilibrio del equipo, pero en ocasiones se vio superado.
En el mediocampo, errático en la distribución del balón. Lo reubicaron como central.
Participativo por su banda, pero aportó poco peligro, apenas un par de disparos.
Anotó el gol, de penalti. Desperdició tiros libres y no encontró de nuevo la portería.
Aprovechó un error y ganó el penalti, pero pasó desapercibido el resto del juego.
Entró por Reyes al 65′. Desubicado. Sólo remató una vez a portería.
Ingresó por Dueñas al 73′. Cortó un avance peligroso de Puebla.
Movió sus piezas, pero provocó desorden. Tuvieron el balón, pero no generaron más ocasiones que el rival.