NUEVA REALIDAD, NUEVOS RETOS

Hace un año, las instituciones educativas se vieron orilladas a cambiar su método de la noche a la mañana, lo cual, según la pedagoga Patricia Zorrilla, dejó ver cinco grandes áreas de oportunidad, en las que se tiene que trabajar para hacer frente a esta nueva normalidad.

“Sus desafíos van desde su modelo pedagógico didáctico, a nivel estructural con sus recursos, familiar, de los alumnos y de la formación de los docentes. Son los grandes ejes en los que nos debemos centrar para cambiar”.


PATRICIA ZORRILLA, pedagoga

Para que esto funcione, es necesario que los colegios cuenten con las plataformas adecuadas, las cuales no deben ser unidireccionales, sino interactivas, en las que los alumnos se puedan comunicar con el profesor y debatir.

“Además, usar recursos que hayan sido diseñados con este distintivo de ser digitales, porque no es lo mismo digitalizar un libro de texto que tener recursos con video, audio, animados y que están dirigidos para la edad del niño y la asignatura”, señaló Paty, directora de Greenvalley School.

Por otro lado, los profesores deben contar con la capacitación adecuada, ya que la mayoría son migrantes digitales y están formados en la didáctica de una clase presencial.

“La formación tiene que ver con esta nueva pedagogía y con las nuevas tecnologías, porque también ellos tienen que saber usar estas novedosas plataformas, así como hacer y diseñar recursos para esta forma de trabajo”, mencionó la pedagoga.

Los alumnos y sus familias también son un factor importante, pues se han adaptado a a este nuevo formato tan rápidamente como las escuelas, lo cual, a su vez, puede traer consigo ciertos obstáculos.

“Hay que aprender a conocer a los niños, sus conductas y procesos de atención detrás de una pantalla, que no son los mismos que en una clase. Son una serie de cosas que tenemos que ir acompañando en este proceso que es borrón y cuenta nueva, pues es aprender con otras competencias y herramientas”, compartió quien estudió la licenciatura de Ciencias de la Comunicación. Para ella, una de las claves para que esto sea un éxito es trabajar a la par en el bienestar emocional de los pequeños, quienes están viviendo una etapa de pérdida, preocupación e, incluso, de duelo.

Es importante tener un apoyo, una guía o una secuencia didáctica ordenada y que promueva el aprendizaje”.

PATRICIA ZORRILLA, pedagoga

EDUCACIÓN VIRTUAL: ¿DESDE CUÁNDO HA EXISTIDO?

Actualmente, todos los pequeños se están adaptando a la nueva normalidad escolar desde sus casas, cuya forma de aprender no es nueva, sino que lleva décadas implementándose.

“El home learning existe desde hace muchos años, pero en México era algo conocido que muy pocos hacían, pero, con la pandemia, se vino al frente de la conversación y se planteó la idea de que era una posibilidad más para educar a los niños”, comentó María de los Ángeles Pérez-Verdía, chief academic officer en Kinich School.

“A nivel internacional, hay muchos profesionistas que se han educado así por varias décadas. En Estados Unidos es una opción que se popularizó muchísimo”.

Es importante aclarar que este tipo de enseñanza es diferente a la educación a distancia, que se lleva a cabo en las escuelas tradicionales, pues estos programas fueron creados desde un inicio con la intención de que el estudiante los pudiera tomar desde casa.

“La diferencia es que el niño puede avanzar más a su ritmo, pues se pretende que haya más autonomía. En nuestro programa, tenemos todo cargado en una plataforma en una tableta, entonces, eso hace que haya mucho mayor independencia, porque los conocimientos no dependen de un docente que está conectado en un Zoom. Ellos tienen su contenido académico accesible sin la intervención de un maestro”, explicó la egresada de la Maestría en Educación de la Universidad de Columbia.

“Las metas a futuro son la independencia de nuestros hijos, la seguridad, una buena autoestima y todo esto se puede trabajar a través de la educación virtual”.

MARÍA DE LOS ANGELES PÉREZ-VERDÍA,
chief academic officer en Kinich School

Esta autonomía en el aprendizaje hace que los alumnos tengan más tiempo para explorar otros tipos de intereses, como el deporte o el arte, o que la familia tenga un estilo de vida más flexible que les permita hacer actividades como viajar sin dañar el avance académico.

“Se trata de cambiar nuestra visión de la enseñanza, promover la creatividad, la autonomía y darles mucha más responsabilidad sobre su propio aprendizaje y motivación, porque están muy acostumbrados en los colegios a la motivación externa, como los premios y sacar 10”, señaló la educadora.

El estudiante, aunque es más autónomo, siempre tiene un acompañamiento por parte de sus coaches, como se les conoce a los profesores, quienes están monitoreando día a día su progreso a través de las evidencias que envía.

Esto, sin necesidad de realizar exámenes o de usar la escala del 1 al 10 para calificarlo.

“No se trabaja con la idea de exámenes y las calificaciones están orientadas a rúbricas del 1 al 4 que tienen que ver con el dominio. Durante todos los retos, vamos viendo las evidencias; por ejemplo, si un día vamos a crear una casita de pájaros para que vayan a alimentarse, se pide grabar el proceso, hacer una investigación y mandar información”, contó Ángeles, quien cuenta con un diplomado en Filosofía para Niños en Thinkers.

DESDE CASA

La escuela, el modelo educativo y la preparación de los profesores es fundamental para aprovechar al máximo los beneficios que puede tener la educación a distancia.

Para la abogada Sissi Cancino, un factor clave que no debe de pasar desapercibido son los padres de familia, quienes han  tenido que pasar por el mismo proceso de adaptación que sus hijos.

“Esta pandemia nos ha dado la posibilidad de que se pongan sobre la mesa estas nuevas alternativas, que anteriormente estaban reservadas para las familias que optaban por un aprendizaje en casa basado en su filosofía de vida o alguna circunstancia”, contó la fundadora del foro Moders.

Además de darse cuenta de las oportunidades que este tipo de pedagogía le puede brindar a todos, ella ha descubierto el gran papel que juegan las mamás en esta nueva realidad.

“Debemos ayudar a nuestros hijos a mantener esta estructura, porque el hecho de estar en casa se puede prestar para que se distraigan”, platicó la mamá de un pequeño.

“De ahí parte el papel fundamental de los papás que es básicamente enseñarles, acompañarlos y brindarles modelos de estructura, para que ellos puedan ir teniendo menos incertidumbre y molden sus objetivos académicos día con día”.

Desde el punto de vista de las mamás, creo que tenemos que pensar mucho en este papel que estamos jugando para ser una guía que nos permita dar acompañamiento y contención, sin pasar al lado de la autoridad educativa”.

SISSI CANCINO, fundadora de Moders

Esto no quiere decir que los contenidos académicos o las actividades sean responsabilidad de los progenitores, sino que deben de hacer equipo con los maestros para que sus hijos puedan tener la mejor experiencia posible, sin ayudarlos de más o ponerse en el lugar de la autoridad educativa.

“Hoy más que nunca tenemos la posibilidad de enseñarles que ellos son responsables de resolver sus problemas, más allá de  los académicos, y que el hecho de tenerlos en casa no significa que les hagamos la tarea”, expresó la también  periodista.

Por otro lado, la comunicóloga recomienda tomar un momento cada día para platicar con ellos sobre lo que están viviendo

y cómo se sienten al respecto de la situación, pues su bienestar emocional es tan importante como el académico.

CÉLULAS DE APRENDIZAJE

Estar conectado a una tableta o una computadora durante varias horas al día puede afectar a los más pequeños, quienes podrían, incluso, desarrollar un apego a la tecnología, así lo explica Majo Obregón.

“Ésta se ve de dos maneras: la primera, como caramelo a través de la televisión, el cine y las aplicaciones, en las que el niño es pasivo y como vegetal; la segunda, donde actúa de forma activa, por ejemplo, cuando tiene que tomar fotos para alguna cosa o cuando investiga en Internet alguna cosa”, explicó Majo, egresada de la Universidad Panamericana.

“Te aseguro que ninguna mamá le da dulces a sus hijos todos los días, tú decides cuándo y lo dosificas”.

Para la pedagoga, una solución para evitar estas largas jornadas digitales, en especial, en niños en grados menores a quinto de primaria, es implementar el esquema de educación en células de aprendizaje, en el cual un pequeño grupo de cinco a siete niños se reúne con una maestra todos los días. Esto, además, promueve el desarrollo social entre ellos.

“Cuando nosotros nos damos cuenta que no van a regresar a la escuela, necesitábamos solucionar esta parte de desarrollo social y emocional, porque la verdad es que cuando una persona está creciendo es importante el contacto con otros, lo cual va generando su personalidad e identidad”, expresó.

“Ésta es una parte muy importante del desarrollo de cualquier persona y, sobre todo, para la primera infancia es esencial”.

La idea de hacer las células es mostrar que la escuela no es el lugar físico, sino los niños y las maestras”.

MAJO OBREGÓN, pedagoga

Estas células o grupos burbujas tienen controles estrictos, pues las familias hacen el compromiso de cuidarse y de reportar si alguno de sus miembros estuvo en contacto con alguien con coronavirus.

“Pensamos en juntar grupos pequeños, en los que sabemos que el riesgo existe, pero es controlado, porque no son 100 niños, sino sólo 5; entonces, si una familia se enferma de Covid, esa célula se va a cuarentena. Cuando esto sucede, se integran al esquema digital y luego se reintegran”, señaló Obregón, quien es maestra en Psicología y Desarrollo Humano por la Universidad de Harvard.

EN VOZ DE MAMÁ

Susi Cueto es una de las madres que ha decidido probar esta nueva modalidad de los grupos burbuja, pues está convencida de la importancia social que genera convivir con otros niños en el desarrollo de sus hijos.

“Nos juntamos 10 mamás y contratamos a una Miss, entonces van a una casa y ahí toman las clases”, contó la comunicóloga, “tiene el beneficio de que ven a sus amigos, tienen la oportunidad de jugar y, al final del día, son pocos alumnos”.

Para que los riesgos sean menores, todas las personas que forman parte de este grupo, al que asisten Salomón y Santiago Marón, los dos hijos mayores de Susi, tienen que seguir medidas de higiene estrictas.

“Nos cuidamos mucho. Usamos gel y cubrebocas todo el tiempo y nos tomamos la temperatura todos antes de mandar a nuestros hijos”.

SUSI CUETO, FUNDADORA DE MUJERES SOLIDARIAS

Los beneficios que ve en sus varones, quienes de esta manera tienen la oportunidad de platicar con otros pequeños por algunas horas al día, para ella son una buena opción como mamá que trabaja.

“Para ellos, es una situación espantosa, aunque son los menos afectados con el virus; creo que sí es importante ver amigos y hacer de esto para ellos lo más ameno posible”, compartió.