Atemajac de Brizuela

En el mes de mayo, este municipio celebra al Señor del Ocotito, una imagen distinta de Cristo, según la leyenda hecha por la naturaleza por la fuerza de un rayo que se impactó en el tronco de un árbol de ocote. De ahí el nombre. 

Otra leyenda relacionada con esta figura dice que esta fue descubierta por accidente por un leñador al partir un tronco de Ocote, que con el tiempo fue pulida hasta la escultura actual que representa a Jesús en la cruz. 

Se celebra especialmente la víspera y el día de Pentecostés de cada año, a esta imagen se le realiza un enroso, que es un arreglo floral, hecho con flor de cempasúchil en forma de cortina de gran tamaño que acompaña la procesión de la figura desde su capilla ubicada en la entrada principal al pueblo hasta la parroquia central.

Huéjucar

Cada año en el municipio de la Zona Norte se realiza el Sábado de Gloria la tradicional quema de Judas y Herencia. 

La quema de Judas es una tradición que se replica en varios municipios, en una forma de representar al que, según la tradición católica, fue el traidor de Jesús durante la pasión.

Sin embargo, en la tradición, los Judas a los que queman son piñatas de personajes públicos, famosos o políticos polémicos locales, estatales o nacionales, se leen además sátiras de los mismos en una especie de denuncia colectiva, de tono cómico. 

Huejuquilla el alto

Esta Judea es organizada por el pueblo, en el último de los municipios mestizos, antes de comenzar a subir la sierra que lleva a la nación Wixárika, al norte de Jalisco. 

 

La celebración dura tres días con varias procesiones, la primera de ellas inicia con los borrados, un grupo de hombres que pintan su cuerpo y que toman el pueblo con una danza de algarabía, gritos y ruido de matracas y silbatos. Poco después salen los barrabases y los cuerocochinos, que portan una máscara con la forma de un tapir, con grandes látigos, o chirriones de cuero se enfrentan a los borrados, que en la representación de la historia bíblica serían los judíos que crucificaron a Jesús. 

Jalostotitlán

Cada año, el viernes Santo en Jalostotitlán se ilumina una gran procesión de de antorchas, la Procesión del Silencio, un rito que según la tradición recuerda el duelo por la muerte de Jesús: jóvenes de diferentes edades, algunos descalzos y otros arrastrando cadenas, cargan en hombros la imagen de la Virgen Dolorosa, acompañada de la cruz, los clavos y la corona de espinas que simbolizan la muerte de su hijo. 

Lagos de Moreno

En Lagos de Moreno el viernes santo la comunidad y grupos religiosos llevan a cabo la procesión del silencio por el Centro Histórico. 

Participan casi todos los templos y parroquias del municipio: el templo de Rosario lleva a la virgen de las Angustias, una talla del siglo 18 y el Cristo del Gran Poder también del siglo 18, el templo de la Merced marcha con el Señor de la Columna.

El templo de San Felipe con la virgen de los Dolores, el templo del Calvario lleva al Señor del Calvario, el templo del San José Moscati a la virgen de los Dolores, el templo de Nuestra señora de la Asunción cierra con el Señor del Santo Entierro y la virgen de la Soledad.

Tototlán

En este pequeño municipio de la Ciénega de Jalisco, se venera al Señor de la Salud una figura traída por los agustinos a finales del siglo 26. Los pobladores de Tototlán acostumbran designarlo cariñosamente como 

Su fiesta comienza ocho días antes del Jueves de Ascensión y termina el viernes siguiente a este día. El Señor de la Salud es sacado del templo de San Agustín en procesión por todo el pueblo en un desfile con carros alegóricos y cohetes. Se dice que esta imagen es milagrosa y que curó una epidemia de cólera que dejó muchos muertos en el municipio alrededor de 1830.

Tuxpan

En el  municipio de Tuxpan la celebración ritual de Semana Santa es la de la comunidad nahua en el municipio, se realizan año con año “Los patoles”, ofrendas de un carácter ritual ancestral.

Según la tradición estas ofrendas perpetúan las relaciones sociales y de compadrazgo. 

Hay dos tipos de patol para la semana santa: el patol de coco y el patol de cera.

La entrada de patoles a algunas capillas y al atrio parroquial de San Juan Bautista y su posterior subida, se realiza por “los donadores” que continúan este compromiso por tradición familiar por varias generaciones o se han incorporado en el transcurso del tiempo. 

Información: Alejandra Carrillo. Fotografías: Dirección de Gestión Integral de Proyectos de la Secretaría de Cultura Jalisco