Escapada inolvidable

Desde el balcón de Entre Tierras, Regina Bautista apreció la vista de las capillas.

Para Regina Bautista, compartir grandes momentos con su familia es vital, por lo que convencida de que pasarían unos días espectaculares, se tomó un tiempo para visitar Puebla junto a su esposo, Rodolfo Bello, su hija, Micaela y un grupo de amigos. 

Dispuesta a disfrutar de su estancia, la conductora de televisión se dejó llevar por el ambiente y exploró cada rincón de este lugar, en el que, sin duda alguna, conectó con sus seres queridos y creó instantes únicos. 

La pasamos muy bien, nos invitó la Asociación Nacional de Tesoros de México, así que recorrimos los lugares más emblemáticos y comimos delicioso. También nos quedamos en varios hoteles, así que estuvo increíble”

Junto a su esposo, Rodolfo Bello, en El Sueño.
Delicias gastronómicas

También tuvieron un recorrido gourmet, en el que probaron todo tipo de platillos típicos, pero entre los favoritos de la también influencer estuvieron las chalupas, el mole ploblano y los antojitos, lo cual acompañaron con coctelería. 

Uno de los días que más gozaron fue cuando visitaron Africam Safari, parque de conservación de animales, en el que las especies están libres, por lo que tuvieron la oportunidad de interactuar con algunas. 

Era un plan totalmente para niños, así que ellos se divirtieron mucho en el parque, que justo está celebrando su 49 aniversario. Le dimos de comer a los tigres, flamingos y jirafas, estaban felices”

Asimismo conocieron el Acuario Michin, donde descubrieron las especies que viven en el mar y se adentraron a las profundidades con mucha diversión. 

Es un lugar súper novedoso porque es muy diferente a los acuarios que generalmente conocemos, ahí también hay una parte de aventura, están los estanques con mantarrayas que puedes alimentar, tienen un laboratorio donde cuidan la alimentación de cada una de las especies, la verdad está súper cool”.

Para cerrar con broche de oro, el último día de su estancia fueron a Atlixco, Puelo Mágico que los enamoró por sus calles, las cuales conocieron a pie, mientras comían un helado.