Para el Clausura 2004, los Dorados se convirtieron en el equipo que llamó la atención, venidos de una ciudad sin mucho arraigo futbolístico. En su primera visita al Monterrey, el cuadro sinaloense se llevó una goleada de 6-2, en la Jornada 5, con dobletes de Guillermo Franco y Jesús Arellano, además de tantos de Oribe Peralta y Ricardo Martínez Trimmer.