La construcción misma del edificio fue una parte importante de la historia de Guadalajara, cuando comenzaron a edificarse espacios dedicados a la beneficencia pública. Los planes del Cabañas comenzaron a finales de 1700 y culminaron en 1804, según los registros del recinto. Fue ordenado por el Obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, de allí su nombre, cuando la Ciudad todavía era la capital de la Nueva Galicia; el edificio lo diseñó Manuel Tolsá.

Abrió sus puertas a principios de 1810, en febrero, poco antes de que estallara la Guerra de Independencia. 

El Cabañas se convirtió entonces en un cuartel militar de la monarquía, o el ejército Realista, comandado por José de la Cruz y sus soldados. El espacio también fungió en ese tiempo como una cárcel para los rebeldes capturados. 

Ya en 1852, tras una fuerte crisis y descontento por las nuevas formas de gobierno del México independiente, aquí se firmó el conocido Plan del Hospicio, donde se juntaron personas de grandes fuentes económicas y del clero, parte del Partido Conservador.

Su objetivo fue desconocer el gobierno del Presidente Mariano Arista y derrocar al Gobernador del Estado: Jesús López Portillo y Serrano, así como preparar el retorno de Antonio López de Santa Anna quien se había exiliado en Colombia tras vender buena parte del territorio mexicano a Estados Unidos. 

Esto fue encabezado por el productor de tequila tapatío Lázaro J. Gallardo. Eventualmente Santa Anna regresó y comenzó lo que muchos han descrito como una dictadura, en la que se hacía llamar su Alteza Serenísima.

Después de vender otra parte del territorio, finalmente fue derrocado en 1855 tras el Plan de Ayutla. 

 

Nuevos conflictos llegaron y en 1857 el edificio pasó a ser propiedad de la nación tras la Guerra de Reforma, aunque siguió siendo administrada por las Hermanas de la Caridad, dirigida por Ignacia de Osés y al menos otras 16 monjas que le dieron al edificio un carácter de servicio a niños huérfanos y adultos mayores. 

Continuaron sus labores de asistencia hasta 1874, cuando las Hermanas de la Caridad son expulsadas del país por la Ley de Desamortización de los Bienes de la Iglesia,.

Tras la Guerra Cristera en el País, la administración del Hospicio pasó a manos del gobierno.

Según la leyenda, en el Hospicio Cabañas también fueron creadas –por accidente– las las jericallas, el tradicional postre de leche tradicional de Guadalajara. Esto sucedió cuando el refugio era dirigido por el clero.

La paz no duró mucho. En 1910 tras el inicio del conflicto de la Revolución, el edificio de nuevo fue ocupado por tropas militares hasta la entrada del Ejército Constitucionalista a Guadalajara en 1914.

Poco después de eso, tras la recuperación de la paz en el Estado y el País, el Cabañas retomó su función de caridad y el edificio fue restaurado. 

En 1937 el Gobierno del Estado invitó al muralista José Clemente Orozco a pintar el interior de la capilla su obra maestra: 57 frescos sobre 1,250 metros cuadrados de superficie de muros y techos de la capilla.

Ya en 1980, los niños y las niñas que aún vivían en el Hospicio fueron llevados a las nuevas instalaciones del ahora llamado Hogar Cabañas y el edificio comenzó con la vocación cultural y artística que hoy bien se conoce. 

Información: Alejandra Carrillo. Fotografías: Archivos INAH y Gobierno de Jalisco