Vista aérea de un edificio en Gaza que albergaba las oficinas de la agencia AP y que fue derribado por Israel.

El cese al fuego que entró en vigor este viernes parece haber detenido 11 días de combates entre Israel y Hamas, el grupo militante palestino que gobierna Gaza, pero no resolvió ninguno de los problemas de origen en el conflicto de décadas.

Casi nadie en ninguno de los bandos prevé que esta guerra, que estalló luego de protestas de palestinos, represión de la Policía israelí en Jerusalén y el posible desalojo de familias palestinas en Jerusalén, sea la última.

Israel realizó cientos de bombardeos aéreos a lo largo de la Franja de Gaza contra lo que dijo eran objetivos de Hamas, grupo al que considera terrorista. Los ataques destruyeron hogares y dañaron la infraestructura clave en el empobrecido territorio, que ha estado bajo un bloqueo económico desde que Hamas tomó el poder hace 14 años.

Por su parte, los militantes palestinos dispararon más de 4 mil cohetes contra Israel, algunos de los cuales llegaron hasta Tel Aviv, paralizando partes del país. El 90 por ciento de los cohetes fueron interceptados por las defensas israelíes.

Al menos 243 palestinos murieron, incluidos 66 niños y 39 mujeres, y unas mil 910 personas resultaron heridas, según el Ministerio de Salud de Gaza. En Israel, al menos 12 personas fallecieron, incluyendo dos menores, un niño de 5 años y una adolescente de 16.

Esto es lo que sigue en el conflicto:

 

Nuevo estancamiento

Palestinos inspecciones entre los restos de un edificio derribado por Israel en Gaza.

Los palestinos a lo largo de Gaza, Jerusalén Este y la Cisjordania ocupada celebraron lo que muchos vieron como una victoria de Hamas contra el mucho más poderoso Israel. En tanto, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu enfrentaba críticas por parte de sus bases más duras, con muchos acusándole de terminar la guerra prematuramente sin aniquilar a Hamas.

Netanyahu dijo que Israel infligió un daño significativo a las capacidades militares de Hamas, matando a 200 militantes, incluyendo a 25 comandantes de alto rango. Dijo además que golpearon más de 100 kilómetros de túneles del grupo, así como lanzadores de cohetes y otra infraestructura militar.

Pero Israel nunca logró hacer que se detuvieran los lanzamientos de cohetes desde Gaza.

Los militantes palestinos lanzaron bombardeos masivos de cohetes que en ocasiones parecieron superar las formidables defensas aéreas israelíes. El Ejército de Israel dijo que tuvo una tasa de intercepción de 90 por ciento y que miles de cohetes no llegaron a su destino y cayeron en Gaza, incluyendo uno que mató a una familia palestina de ocho personas.

Otra frágil tregua

La Policía de Israel lanzó este viernes granadas aturdidoras contra palestinos en la mezquita de Al-Aqsa.

Como en las tres guerras pasadas, los combates terminaron por un cese al fuego informal negociado por Egipto y otros mediadores cuyos términos no se hicieron públicos.

Hamas afirmó que Israel acordó detener las redadas de la Policía en el complejo de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén y la amenaza de desalojo de familias palestinas del cercano vecindario de Sheikh Jarrah. Estos dos hechos habían provocado protestas palestinas y enfrentamientos con la Policía que finalmente desencadenaron la guerra.

Pese a la afirmación de Hamas no hubo confirmación de Israel ni de mediadores.

Las treguas anteriores han detenido la mayoría de las hostilidades, pero han sido inestables. Israel y Hamas han librado cuatro guerras e intercambiado ataques en innumerables ocasiones desde que el grupo militante islámico tomó el control de Gaza de manos de las fuerzas leales a la Autoridad Palestina en 2007.

Los choques entre la Policía y palestinos en la mezquita de Al-Aqsa después de las oraciones de este viernes fueron una prueba temprana de la durabilidad de la tregua.

Ningún alto al fuego ha abordado los problemas de origen del conflicto, incluida la ocupación israelí de territorios palestinos que son reclamados para un futuro Estado y el rechazo de Hamas a la existencia de Israel. Israel y los palestinos no han mantenido conversaciones de paz sustantivas en más de una década.

¿Otra elección en Israel?

Un soldado junto a tanques del Ejército de Israel cerca de la frontera con la Franja de Gaza.

Los adversarios políticos de Netanyahu estaban a punto de formar un nuevo Gobierno y sacarlo del puesto, luego de cuatro elecciones en sólo dos años debido a un estancamiento. Sin embargo, unas delicadas negociaciones de la coalición con partidos árabes se suspendieron cuando iniciaron los combates.

Inicialmente, la guerra parecía impulsar las aspiraciones políticas de Netanyahu, permitiéndole presentarse como un duro líder que estaba castigando a los enemigos del país. Pero desde que el cese al fuego inició ha enfrentado nuevas críticas.

Nunca estuvo claro si los rivales de Netanyahu, que van en un espectro político desde los antiguos aliados de la derecha hasta los partidos árabes podrían dejar de lado sus diferencias para sacarlo del poder. De no lograr un acuerdo para formar Gobierno, es posible que se realice otra elección a final del año.

En los últimos años, los israelíes han estado profundamente polarizados en torno a Netanyahu, ya que el político ha enfrentado acusaciones de corrupción por las que ahora está siendo juzgado. 

En los meses previos a la guerra, activistas habían organizado protestas semanales frente a su residencia. Ahora, están listos para reanudarlas.

Otra intervención de EU

La Administración Biden, que había esperado apartar a Estados Unidos de los intratables conflictos de Medio Oriente para enfocar su agenda exterior en el ascenso de China y el cambio climático, fue tomada desprevenida y ahora ha sido arrastrada nuevamente a un papel de mediador en la región.

Desde la última guerra, Estados Unidos defendía repetidamente el “derecho” de Israel a defenderse mientras alentaba silenciosamente los esfuerzos de alto al fuego. Esta fue la misma postura que el Presidente Joe Biden había mostrado. El miércoles, sin embargo, le dijo a Netanyahu en una llamada telefónica que esperaba una “desescalada significativa” de las hostilidades.

Al principio, pareció que Netanyahu lo ignoró, pues dijo que estaba “determinado a continuar” con la ofensiva hasta que cumpliera sus objetivos de debilitar a Hamas. Pero accedió a un cese al fuego el siguiente día.

El intercambio marcó una prueba temprana de la relación entre los dos líderes, que han tenido momentos tensos durante varios años. En tanto, Biden enfrenta presión dentro de Estados Unidos por parte de una sección de demócratas que simpatizaban con los palestinos.

El Secretario de Estado, Antony Blinken, planea visitar la región en los próximos días.