Para algunos, las charlas de taxi pueden ser terapéuticas, para otros, un tanto incómodas, pero para personas como David West, papá de Minnie, bastante valiosas, pues fue durante una de éstas que descubrió el mundo de la apicultura.

“Hace más de un año, mi papá iba en un Uber y el conductor era apicultor, él le empezó a contar sobre la adopción de abejas que sí, es literalmente eso, adoptarlas; consiste en que todos esos panales que se encuentran en casas o lugares públicos sean reubicados en vez de exterminarlos”.

Al conocer más a fondo los beneficios de estos pequeños polinizadores y descubrir, además, que están en peligro de extinción, la joven se sumó al proyecto familiar, no sólo para su protección y cuidado, sino para incrementar su producción de miel.

“Les tenía pánico desde chiquita, ni siquiera me les acercaba, pero, ya de grande, empecé a ver que son súper importantes para el planeta y me interesó muchísimo el tema; me informé sobre cómo hacer miel y, entonces, empezamos a rentar locales en distintas granjas de Los Ángeles”, añadió Minnie, quien inició el proyecto Wild West Honey.

Con cerca de 800 abejas, distribuidas en distintos espacios californianos, la también productora no sólo descubrió lo valiosos que son estos insectos para la vida humana, sino, además, que existen un sinfín de variedades de esta jalea natural, de acuerdo a su lugar de origen.

“Es curioso que el sabor depende del sitio donde se dé, aunque esté a poca distancia de otro, ya sea por el tipo de flores, por el agua y otros factores; ya después, con el tiempo, empezaron a crecer bayas y frutos, de ahí se nos ocurrió hacer mermeladas”, reveló la hija de Amparo Serrano, creadora de Distroller.

“Antes tenía la idea de que la miel sabía a miel y ya, pero he descubierto bastantes cosas y me sentí inculta, la verdad. Fue increíble ver que de acuerdo al lugar, salía más oscura o había otras casi transparentes, el color y sabor variaban cañón, y las mermeladas también”.

Al empezar a ver frutos de su trabajo como apicultora, decidió comercializar sus productos, pero de manera artesanal, respetando el proceso natural, sin meter sabores artificiales y con dulces mezcolanzas ancestrales.

“Todo es lo más natural que podemos, casi casi del panal al frasco, aunque, obviamente, primero pasa por una máquina que sólo da vueltas; las recetas son de Dane Sahe, el joven que conocimos en el Uber y que ya es nuestro socio, él es de Ucrania y su mamá tiene algunas impresionantes, típicas y antiguas”, dijo Minnie.

Si bien por el momento sólo se encuentran a la venta en Estados Unidos, la amante del medio ambiente espera expandirse a México y crear dentro del País sus propios sabores, gracias a la diversidad que aquí existe.

“Ahora estoy en la búsqueda de apicultores mexicanos, porque, imagínate, si la miel sabe diferente de mi casa, en Santa Mónica, a Malibú, que es de la montaña a la playa, México puede tener una variedad enorme, sería una gran oportunidad”, aseguró la empresaria, quien además quiere lanzar una línea de skincare a base de este ingrediente.

Mientras sus nuevos proyectos toman forma, West destina todos los ingresos que tiene de la venta de los productos para el rescate y adopción de más abejas, así como la adquisición de nuevos espacios para procurar su bienestar y salvarlas de la extinción.

México y sus variedades

Disfrutar de la miel es casi una experiencia sensorial, pues son necesarios el gusto, olfato y la vista para diferenciar su sabor, el cual varía de acuerdo a su contenido mineral y el origen de su flora. Su color puede ir de casi blanco hasta el ámbar oscuro, su textura va de suave y cremosa, incluso grumosa, a una mucho más densa, mientras que sus toques pueden ser cítricos, salados, frutales, perfumados o amargos.

  • Miel de mezquite: Es invernal y muy rica en polen, suele cultivarse en Zacatecas y su color es casi blanco, su consistencia es un tanto pastosa, pero su sabor suele ser más herbal y ácido, ideal para comerse a cucharadas o para untar en panes y galletas.
  • Miel multiflora: Aunque se da principalmente en Yucatán, también suele cultivarse en Veracruz y Zacatecas en primavera, pues su clima ideal es húmedo. La variedad de flores depende de la región; existen claras, oscuras, dulces, saladas o ácidas, son ideales para endulzar postres, bebidas o para comerse sola a cucharadas.
  • Miel de tajonal: Originaria de la península yucateca, viene de esta flor amarilla, tajonal, y resulta en una miel mucho más dorada y de consistencia más líquida, por lo que, debido a su composición de azúcares, tiende a cristalizarse más rápido que otras. Sus notas florales y frescas la hacen ideal para acompañar ensaladas.
  • Miel de aguacate: Este fruto da una flor irresistible para las abejas. Se da en Morelos o Michoacán, principalmente, y su color es café oscuro, con una densidad media y sabor entre cítrico y floral; ideal para acompañar requesón o queso fresco, o para tés e infusiones.