1. “Remedios caseros me protegen”

Agua caliente con limón en la mañana, cebolla a mordidas, infusiones de jengibre, tés de ajo y una infinita lista de remedios caseros, que prometen fortalecer el sistema inmune, carecen de resultados comprobables para prevenir infecciones de cualquier índole.

Aunque alguna pudiera proveer nutrientes propios de los ingredientes, ninguna receta puede sustituir a las vacunas, cuya función es generar un registro en el sistema inmune contra una enfermedad puntual para evitar contraerla o desarrollar un cuadro grave de ésta.

2. “Podría quedar infértil”

En la actualidad, no hay evidencia de que el biológico para evitar el Covid-19 afecte la fertilidad en mujeres o en hombres, ni tampoco que sea un efecto secundario de ninguna otra vacuna.

También está descartado que, si hay embarazo, el embrión o feto se vea perjudicado; por el contrario, algunas mujeres vacunadas en este estado han transmitido a su hijo anticuerpos que le protegen contra la infección desde el nacimiento. Es una práctica completamente segura.

3. “La vacuna modifica el ADN”

El hecho de que algunas vacunas como la de Pfizer funcionen a base de ARN mensajero –una molécula que, como su nombre lo indica, transmite un mensaje a la maquinaria celular para que desarrolle anticuerpos– ha generado la falsa versión de que modifica el ADN.

La realidad es que no interactúa con el material genético humano, las vacunas contra el COVID-19 solo dan instrucciones a las células para que comiencen a generar protección contra el virus objetivo. Sin embargo, nunca ingresa al núcleo de la célula, que es donde se encuentra empaquetado el ADN. 

4. “Magnetiza”

Vacunarse contra el Covid-19 no magnetiza el cuerpo humano, ni siquiera en la zona de la inoculación que suele ser el brazo. 

Las vacunas contra el Covid-19 no contienen ingredientes que puedan producir un campo electromagnético en la zona de la inyección, además ninguna contiene metales.

5. “Es mejor enfermar que vacunarse”

Exponerse a la infección de manera deliberada es una moneda al aire, pues así como la infección podría no generar síntomas, también existe la posibilidad de agravarse, desarrollar secuelas e incluso morir, sin importar la edad.

Expertos alrededor del mundo han expresado que la manera más segura de generar inmunidad es con la vacuna, ya que una la generación de anticuerpos en una persona infectada dependerá de su carga viral, además de que un caso activo es un riesgo para contagiar a otras personas vulnerables por su condición de salud.


Por Violeta Meléndez, con información de la OMS y el Departamento de Salud de Estados Unidoé