
El Monosílabo
Miguel Blanco 1405, Colonia Americana
Este café especializado en chilaquiles está ubicado en una antigua casa en el Centro de la ciudad, a unas cuadras del Expiatorio. La decoración del lugar, la música suave y el hecho de que tiene pocas mesas para atender, hace que el lugar tenga un control de ruido ideal, además la casa tiene un patio central por lo que la luz natural le favorece prácticamente a cualquier hora del día.
Es sencillo y perfecto para leer por horas sin que nadie te interrumpa.

Café Punta del Cielo
Fondo de Cultura Económica, Chapultepec sur 198, colonia Lafayette
Aunque no hay muchas opciones de comer y las bebidas se pueden encontrar en cualquier otro café, este lugar tiene una magia especial, quizá por la zona, en plena Avenida Chapultepec, lo que rodea al café de varias de las librerías de la ciudad, o porque sus asientos, tanto en la terraza con el interior son bastante cómodos. El hecho es que este es un lugar bastante concurrido por los lectores, sobre todo por la tarde, casi al atardecer para detener un momento la prisa y la velocidad del día.
El plus está en que si no llevas libro o lo terminas y quieres empezar otro de inmediato, tienes el Fondo de Cultura Económica a unos pasos.

Peltre
Reforma 1608, Colonia Ladrón de Guevara
Este café es chiquito, perfecto para desayunar los domingos, si encuentras una mesa en su patio central, debajo del árbol que corona un jardín muy verde, es perfecto para pasar las horas con un libro a solas sin interrupciones y con un menú bien variado para que ni el hambre detenga la historia.
La luz sobre todo en la mañana de ese jardín es incomparable.

Gabinete
Libertad 1698, Col Americana
Este café en Libertad es uno de los más concurridos del momento. Su propuesta en su barra de café y té además de la decoración rústica lo hace un espacio perfecto para pasar un momento de calma ideal para la lectura.
Los asientos cercanos a su ventanal son especialmente ideales para la lectura, la luz natural es perfecta y los árboles que contemplas desde allí se alejan del trajín de ir y venir de los meseros que atienden otras mesas.

D’val
Pedro Moreno 688, Zona Centro
Este es un café bastante antiguo en la ciudad, sus propuestas culinarias son las de una cafetería del Centro, enchiladas, molletes, lonches y bisquets, así como un café cargado y bastante barato para seguir leyendo.
De las cafeterías del Centro esta es una de las más silenciosas y buena parte de sus comensales también van a leer o a ver partidos de futbol o jugar dominó, por lo que no hay tanta posibilidad de interrupciones. Los asientos son cómodos y este café es a su manera un clásico de la Ciudad.

Matraz
Buenos Aires 2679, colonia Providencia
Aunque este café sale de las zonas céntricas, se ubica en un espacio a mitad de varios parques y más cafés y restaurantes, por lo que es tranquilo. El café es especialmente delicioso y se tuesta especialmente para Matraz.
La terraza de este lugar da hacia una calle en la que no pasan tantos autos, así que el silencio es adecuado y rodeado de colores que inspiran la calma.

Oshar
José María Vigil 1755, Ladrón de Guevara
Este es un lugar pequeño en Santa Tere, sin pretensiones, con un menú especialmente delicioso, preparado al momento y con ingredientes de temporada, una barra de café ideal para los desayunos y un ambiente relajado en general, con música tenue. No tiene lugar para tantas personas por lo que el ruido es moderado, perfecto para leer sin que nadie te juzgue, sobre todo tomando una de sus especialidades, el Chai sucio.