El Occidente de México y El Bajío fueron fundamentales en el desarrollo de la guerra de Independencia en el País, encabezada por el cura rebelde Miguel Hidalgo y Costilla, en un momento crucial de la batalla contra la Corona Española. 

Se sabe que llegó a Guadalajara el 26 de noviembre de 1810, después del levantamiento armado el 15 de septiembre y el rendimiento de las tropas independentistas en Guanajuato y cuando su cabeza junto con la de otros líderes del levantamiento tenían precio. 

Entró a Guadalajara después de que esta fuera “tomada” por José Antonio “El Amo” Torres, de quien queda una estatua frente al Mercado Corona.

En su entrada a la Ciudad, recurrida por el flujo de dinero que mantenía, Hidalgo hizo una serie de firmas e impresiones de documentos que hoy se conservan como testigos de los logros y derrotas de esa guerra que se extendería años y que luego sería conmemorada como uno de los momentos fundacionales del México que conocemos. 

El Palacio de Gobierno es la parada número uno, este fue el lugar donde Don Miguel Hidalgo emitió su decreto para abolir la esclavitud, el pago de tributos y alcabalas, el uso del papel sellado y suprime el estanco del tabaco y de la pólvora en 1810, el día 6 de diciembre para ser más precisos. 

Poco antes de eso, no se sabe con exactitud a partir de qué día, pero cuando estalló el conflicto armado, el Hospicio Cabañas, poco después de haberse construido, se convirtió entonces en un cuartel militar de la monarquía, el ejército Realista, comandado por José de la Cruz y sus soldados que defenderían la Ciudad.

El 20 de diciembre de 1810, en el que ahora conocemos como el Museo del Periodismo y las Artes Gráficas (MUPAG) o La Casa de los Perros, se imprimió El Despertador Americano considerado el primer periódico independentista de América hispana, pionero del periodismo mexicano, editado entre 1810 y 1811 por Francisco Severo Maldonado y José Angel de la Sierra.

Esta era la única imprenta de Guadalajara por la época, dirigida por el impresor y editor Mariano Valdés. Se imprimieron siete números luego destruídos por la corona española.

El Colegio de San Juan Bautista, fundado por los jesuitas entre 1688 y 1695, fue cerrado en 1767, reinstalado en 1803 y nuevamente cerrado en 1826. Este colegio se encontraba en la esquina de las actuales calles de Ocampo y Juárez, en el muro norte del Cine Variedades, hoy conocido como el Laboratorio de Arte Variedades. 

Durante la estancia del cura Miguel Hidalgo en Guadalajara se suspendieron allí las cátedras y el colegio sirvió de prisión para los españoles a los que se les quitó sus pertenencias y derechos de propiedades.

El final de este breve tiempo de Hidalgo en Guadalajara se sitúa en la batalla del Puente de Calderón, 17 de enero de 1811, es decir, hace 210 años, la derrota del ejército insurgente contra los realistas y la posesión del Puente de Calderón, en el municipio de Zapotlanejo, a unos 30 kilómetros al este de Guadalajara

El puente ha permanecido prácticamente intacto desde entonces, como un monumento que recuerda a los soldados que libraron esas batallas en busca de la Independencia. La barandilla del puente, de hecho, tiene una inscripción alusiva que dice: “Aquí el 17 de enero de 1811 la suerte fue adversa al Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla y al Generalísimo Ignacio Allende”.

Ya luego, 13 de junio de 1821, se firmó la adhesión de Jalisco al Plan de Iguala en San Pedro Tlaquepaque, en una casa a pocos metros de la presidencia municipal y el Parián, marcada con el número 208 de la calle Independencia.

Se cree que en esa casa también fue hospedado Don Miguel Hidalgo el 26 de Noviembre de 1810, pero en 1821 Pedro Celestino Negrete firmó la adhesión al Plan de Iguala, Jalisco fue la primera entidad que se sumó a este decreto, luego de que Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero signaran este documento el 24 de febrero de 1821, que formalizaba un acuerdo entre los realistas e insurgentes y sentara las bases de la Independencia de México.

En Jalisco hay varios monumentos que celebran la Independencia de México.

En Guadalajara quizá uno de los más grandes es el que se encuentra en el Parque Morelos, donde se erigió una escultura monumental del insurgente en su caballo, para abrir paso a una alameda con la que se recorren los bustos de Juan Alvarez, Javier Mina, Valerio Trujano, Nicolás Bravo, Mariano Abasolo, Ignacio López Rayón, José de los Reyes Martínez, el Pípila, Ignacio Allende, Guadalupe Victoria, Narciso Mendoza, Hermenegildo Galeana, Vicente Guerrero, Ignacio Aldama y Mariano Jiménez.

Además, en la Calzada Independencia, entre las calles Héroes de la Independencia y Medrano se encuentra un monumento dedicado a la Independencia de México, que le da nombre a la avenida por la que antes corría el Río San Juan de Dios, construido durante el Profiriato, donde se representa una escultura de “La Historia” como un ángel que sostiene un texto y toca una trompeta, una águila y un león, además de la figura de Hidalgo componen esta estructura.