Montserrat Sardina celebró su despedida de soltera con un ceremonia espiritual, idea de una de sus mejores amigas, Paola Ramos.
“Pensé en que debería tener un súper recuerdo, lo que más le costaba era decirle adiós a su mamá y a su casa, así que este rito fue para agradecer y vivir el duelo de que va a un nuevo hogar”, dijo Paola, esposa de Gastón Lombardi.
La encargada de llevar este acto fue Marcela Talavera, quien invitó a las 16 presentes a darle un obsequio simbólico a la futura esposa de Alfredo Arámburo para la nueva etapa que iniciará; la más entusiasmada fue Gilda Plá, mamá de Montse.
“Estoy muy contenta por ella, alegre, porque sé que tendrá toda la felicidad del mundo; reconozco que mi corazón está un poco apachurrado porque se va mi niña, es como la luz de mis ojos, la alegría de esta casa y la voy a extrañar”.
Gilda Plá, mamá de Montse
“Espero que en todo momento tenga muchísimo amor, luz y que no falte la comunicación, el respeto, comprensión y ayuda mutua, la etapa de casados no es fácil así que hay que trabajar y nutrirla cada día de la semana”, añadió la madre de familia.
Todas coincidieron en que lo más representativo de este momento fue interiorizar el amor que uno debe tener antes de dárselo a los demás y que fue una preparación para la bride to be.
“Estoy muy emocionada y agradecida con las muestras de cariño y apoyo que he tenido de mi gente más cercana; éste ha sido el detalle más bonito, tuvo que ver con lo que yo soy y lo que me llena, me sentí plena y muy sostenida con mucho afecto”, reveló la festejada, quien es psicóloga clínica y maestra de yoga.
Como parte de la reunión, también hubo una comida en la que probaron chiles en nogada, platillo típico de las Fiestas Patrias; platicaron de anécdotas que han compartido juntas en años previos y le desearon lo mejor a la novia.
Durante la ceremonia, los chakras formaron parte esencial, pues tienen que ver con la conexión interior de uno; además, se hizo un mandala y Marcela Talavera explicó cómo antes de contraer matrimonio, la persona debe estar casada con ella misma y hacerse las mismas promesas que se le hacen a la pareja, ya que primero debe existir amor propio para, después, entregárselo a los demás.
Todas las invitadas vistieron de blanco debido a que fue parte del acto de comprometerse
con su yo interno.
