La gastronomía del sureste fue la protagonista de la clase de cocina que el chef Aquiles Chávez impartió de manera virtual, pues las tres preparaciones que mostró son originarias de esta región.
“Hoy tuvimos unas recetas muy tabasqueñas, pero que se pueden replicar en cualquier parte de México. Hicimos una agua de alfalfa con pepino y limón, que es sensacional y muy refrescante; un mone de pescado, que es básicamente un envoltorio en hoja de plátano, con hoja santa, jitomate, cebolla, vino blanco y habanero, hecho a la parrilla sin necesidad de ponerle grasa, y unos platanitos rellenos de queso crema, que puede ser una entrada, un postre o lunch”, describió el autor del libro “¡Aguas con Aquiles! “.
Para el fundador del restaurante Sotero, esta tradición culinaria es muy cercana, pues vivió en ese Estado durante años y, tanto su esposa como sus hijos son originarios de ahí; sin embargo, no era el único conocedor del tema.
“El caso de Tabasco es como sui generis, porque ahí hay un mestizaje entre los mayas con la cocina precolombina, los africanos que llegan a las costas mexicanas y los españoles, entonces es un compendio muy interesante lo que fue surgiendo a partir de los siglos”, explicó Sonya Santos, quien forma parte del Patronato de la Asociación de Amigos del Museo de Arte Popular.
“Nuestra gastronomía, además de ser deliciosa, es un legado mundial y un regalo de México hacía el mundo, por lo que también es importante saber la historia de dónde viene y las recetas secretas de del País”.
Gaby Andrade, miembro del Patronato de la Asociación
de Amigos del Museo de Arte Popular
Este taller, que duró poco más de una hora, tenía, además, una causa, pues el dinero recaudado será destinado a Julián Martínez, artesano dedicado al tallado en madera, quien abrirá un taller en su comunidad, Nacajuca.
“Tristemente la gente ya no conoce el tipo de trabajo de Julián, el cual es muy valioso, porque va a enseñar a más personas. Es muy importante que se siga esta tradición”, expresó Molén Antolín, consultora de la organización altruista.
Durante la transmisión, además de realizar los platillos, el chef aprovechó el tiempo de espera para rifar algunos regalos, como una visita guiada por el Museo de Arte Popular, dos juegos de cucharas tallados, entre otros. “La clase estuvo amena, como siempre las hace Aquiles y moría por probar los plátanos. Creo que la gente estuvo contenta y los premios estuvieron padres”, comentó Gabriela Andrade, miembro del Patronato de la AAMAP.
Mercedes Noriega 
Lucía Pliego