Ometusco

La pandemia puso en pausa los ánimos de fine dining y ha hecho proliferar las ganas de comida confortable: platillos bien ejecutados, con sabores familiares, sin demasiadas explicaciones que interrumpan la convivencia con amigos y parientes que no vimos por largo rato. Así es el nuevo restaurante bajo la batuta de Víctor Zarate.

El espacio es agradable, con cierto aire mediterráneo en la decoración y una cocina abierta, perfecto para reencuentros que ameriten larga charla.

El chef, quien desfiló por los fogones de Madre Café, Momo y A de Acento, ha bautizado su propuesta como “cocina de ciudad”. En su carta, concisa, prima un acento marino –arroz caldoso de mariscos, tostada de erizo, tataki de atún…–, pero hay también apapachos carnívoros y vegetarianos.

A una muy decente carta de vinos, la variedad para beber suma cocteles clásicos, mocktails e interpretaciones de la casa, como el Ometusco spritz –perfecto para abrir boca–. Mimosas y carajillos tienen su propio apartado.

Tip: la carta de desayunos, con chilaquiles, benedictinos, hot cakes y especiales de la casa, merece una segunda visita.

Qué pedir: gravlax, camarones gigantes a las brasas, pollito de leche y queso vaca.

Cheque promedio: $700 por persona

@ometuscomx

Taquería La Popular

El concepto más joven bajo el paraguas de Grupo Carolo, ya bien conocido por espacios como Blanco Colima, Café O o Emilio.

Su estética, más que de taquería popular, es de cantina posmoderna: invita a alargar la sobremesa entre tragos derechos o cocteles (échale ojo a la carta, hay opciones picositas, frescas y clásicas).

Su carta incluye varios de esos antojos que suelen asaltar a todo mexicano a cualquier hora del día: tacos, gorditas, costras, quesadillas, tortillas hechas a mano, variedad de salsas y originales aguas frescas redondean la propuesta.

Los tacos pueden pedirse por pieza o en cuartitos, para compartir. ¡Venga una orden de lechón, pastor o campechano al centro! Y para quienes andan en plan light, con hojas de lechuga o tortillas de nopal.

Por ahí, entre los entrantes, uno que otro plato sabe a calidez de fonda. ¿Alguien pidió arroz con mole y huevo estrellado o consomé de pollo orgánico?

Tip: si eres asiduo a los sitios de Grupo Carolo, descarga su app de lealtad y recibe descuentos.

Qué pedir: tacos de milanesa, cuartito de carnitas de lechón, costra campechana y churros

Cheque promedio: $500 por persona

@lapopular.mx

Hermitage

Exquisito y refinado, este nuevo sitio, con el sello distintivo del restaurantero y sommelier Miguel Ángel Cooley, es una bocanada de aire fresco para amantes del vino y la cocina francesa.

Más que un restaurante, es un espacio de experiencias. Manteles largos, piano de cola y un elegante interiorismo enmarcan catas, tasting camps y maridajes temáticos.

Lo mejor: su barra libre de vinos. Cada semana hay una selección de seis a siete etiquetas y Cooley se esmera en sorprender a sus convidados con opciones distintas a las de siempre.

El menú, estilo bistro, es conciso y cambiante, con clásicos galos omnipresentes. La cocina corre a cargo del chef Said Padilla, a quien muchos gourmets conocen bien por su labor en Gloutonnerie.  El servicio es expedito y profesional.

Los viernes suele haber música en vivo; el espacio puede reservarse para eventos privados y en sus redes sociales puedes encontrar información sobre las actividades.

Tip: es imprescindible reservar, pues a menudo los eventos son privados.

Qué pedir: soufflé de queso, risotto de hongos a la trufa, escargots à la bourguignonne y crème brûlée

Precio: $1,790 menú bistro con barra libre de vinos

@hermitage_m

45 en The Alest Hotel

Este lujoso hotel boutique, inaugurado en Polanco, encomendó al reconocido chef Fernando Martínez Zavala la misión de hacerse cargo de su restaurante.

Quienes conocen la cocina del michoacano identificarán su sello. La propuesta, de estética impecable, se centra en sabores de México, preparaciones del recetario regional que toman prestados ciertos guiños de la gastronomía internacional. Para muestra, el salpicón de cangrejo con melón verde, la sopa de maíz y vainilla con tortellini de huitlacoche, o la pesca envuelta en acelga tatemada con milhojas de hongos.

En la carta de desayunos a las tortas de chilaquiles y las enchiladas de chichilo se adhieren opciones como el bisquet con trucha ahumada y requesón y los huevos con estofado de hongos.

La placentera terraza, invita a disfrutar la calma de un domingo entre buena lectura, una copa de vino, y platillos altamente fotogénicos.

Tip: Antes de aterrizar en la mesa, instálate en la barra y pide alguno de los cocteles de inspiración cinematográfica con el sello de Licorería Limantour.

Qué pedir: ceviche rosa de tomates ahumados, callo de hacha y codillo confitado con salsa de cebollas y bizcocho de maíz, rompope y amaranto

Cheque promedio: $900 por persona

@thealestmexico

Textos: Teresa Rodríguez
Fotos: Karla Ayala e Iván Serna
Edición: Fabiola Meneses
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