¿Qué es el grounding?

El Grounding, o también llamado Earthing, es la práctica de caminar descalzo sobre tierra, hierba o arena. Es decir, entrar en contacto con la energía de la tierra a través de los pies.

 

De acuerdo con expertos, los seres humanos son seres eléctricos que actúan como antenas, pues son capaces de desprender y recibir energía.

 

El desequilibrio entre iones positivos y negativos causa problemas de salud. Cuando una persona se siente agotada y con poca energía, puede estar relacionado con una pérdida de electrones, y por lo tanto, con una falta de conexión con la tierra.

 

Algunas de las causas de pérdida de electrones pueden ser la contaminación del aire, la mala alimentación, los productos de uso diario y el mal manejo del estrés. En espacios interiores con muchos dispositivos electrónicos y sin buena ventilación, la cantidad de electrones en el ambiente suele ser muy baja o casi nula.

¿Cuáles son sus beneficios?

La tierra está cargada de electrones y al caminar, éstos son absorbidos por los pies descalzos, teniendo un efecto antioxidante muy potente, y eliminando radicales libres.

 

El groundig regula el cortisol, que es la llamada hormona del estrés y un importante factor de riesgo para muchas de las enfermedades del siglo XXI, que según varios estudios, se podría controlar gracias al contacto con la naturaleza.

 

Otro estudio realizado en el 2010 encontró cambios fisiológicos de las personas que realizaban earthing respecto al grupo de control. Se produjeron cambios en la oxigenación sanguínea, la frecuencia respiratoria, la frecuencia del pulso. Tan solo fueron suficientes 40 minutos de conexión con la Tierra.

 

Además, existen otros beneficios:

 

  • Mejora la calidad del sueño.
  •  Reduce el dolor muscular.
  • Mejora el estado de ánimo.
  • Aumenta el nivel de energía.

¿Cómo practicarlo?

Lo más recomendado es caminar descalzo por arena, hierba o tierra, pero también ladrillos o material cerámico, pues todos ellos son buenos conductores. Andar por la orilla del mar, cerca o dentro del agua, también puede ser un buen ejercicio de grounding, porque además, el agua salada en un buen conductor. Todo lo anterior se recomienda por lo menos 20 minutos al día.

 

También se puede practicar grounding al hacer yoga en algún lugar que tenga contacto con la naturaleza, desde un bosque hasta el parque o jardín de casa.

 

Lo ideal es que se recurra a esta técnica por lo menos una vez a la semana para empezar a notar los resultados positivos en el cuerpo y la mente.