En 2021, cuando los votantes latinoamericanos fueron a las urnas enviaron un mensaje claro para las élites gobernantes: estamos hartos.

Recientemente en Chile, ninguno de los partidos tradicionales de centro que gobernaron desde el fin de la dictadura hace 31 años llegaron a la segunda vuelta, en la que el izquierdista de 35 años Gabriel Boric venció a su rival de extrema derecha el domingo.

En abril, Ecuador eligió a su primer Presidente de derecha en 14 años. En junio Perú optó por un profesor rural socialista que era poco conocido. Y en noviembre, Honduras terminó con 12 años de Gobierno del conservador Partido Nacional al elegir por primera vez a una mujer en la Presidencia.

En las elecciones legislativas el mes pasado, los argentinos dieron un golpe al peronismo que perdió el control del Senado por primera vez.

La gente está harta con el 'status quo' y de las élites económicas y políticas tradicionales. Y por lo tanto es una especie de tendencia al rechazo en varios países (...) si los gobiernos fallan la gente busca alternativas".

El resultado ha sido una explosión de nuevos partidos políticos, fragmentación del voto y líderes percibidos como más cercanos al pueblo irrumpiendo en la escena política aparentemente desde la nada.

Perú tuvo 18 candidatos en primera vuelta, un récord en 15 años.

ES LA ECONOMÍA...

También ha habido una tendencia de elecciones reñidas entre aspirantes de polos opuestos ya que votantes moderados dividen su apoyo entre candidatos de centro dejando en la carrera a rivales acérrimos, como sucedió en Chile, Perú y Ecuador.

Ha crecido la apatía y la alienación, y más electores emiten votos de protesta.

En Chile, un país con una alta tasa de abstención, muchos votantes afirman, por ejemplo, que elegían el “mal menor”.

No creo que esto tenga mucho que ver con ideología. Vimos esto desde 2020, desde que empezó la pandemia, todos los titulares, gobiernos, partidos o coaliciones, perdieron las elecciones en América Latina".

Las razones son múltiples.

La crisis económica, una carga creciente en muchos países de Latinoamérica, ha empeorado desde 2020 debido a la pandemia y la pérdida de negocios como resultado del confinamiento en la región más desigual del mundo.

“Cuando las condiciones económicas fueron positivas, todos los presidentes en Latinoamérica eran populares, tanto presidentes de derecha como de izquierda” precisó Navia.

Durante una bonanza de materias primas y productos básicos del 2003 al 2013, la clase media en América Latina creció rápidamente, y había expectativas de que la tendencia continuara. Pero resultó ser lo contrario.

'MÁS DE LO MISMO'

“El pueblo está cansado de los partidos políticos tradicionales por la percepción general de que no respetan las promesas electorales y de que son ‘más de los mismo'”, dijo a la AFP María Jaraquemada, del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.

Y son susceptibles a los mensajes cada vez más populistas que “ofrecen algo contra las élites, diferente a lo que se ha hecho antes”, recalcó la experta.

Por su parte, Shifter, el analista de Diálogo Interamericano, afirmó que en actualmente las voces radicales son las que conducen los debates públicos “y los medios sociales amplifican estas voces”.

“Solía haber un tiempo en que la gente votaba por alguien por que creía en ellos” indicó el analista.

“(Ahora), tienes más y más procesos electorales que se deciden en términos del menor entre dos males, así como más votos negativos, y eso es un gran cambio”.

Esta mezcla de polarización del voto y de descontento augura un futuro volátil, de acuerdo con los analistas.

“La situación económica probablemente empeore en los próximos años en lugar de mejorar, por lo tanto el malestar continuará. El mejor indicador del descontento social es una mala condición económica”, añadió Navia, de la Universidad de Nueva York.

“La advertencia para los líderes de América Latina es que a menos de que las condiciones económicas mejoren, ellos permanecerán bastante impopulares”.

Para Shifter, los próximos años serán “bastante agitados”.

En parte, los líderes no tienen el calibre para ser realmente capaces de solucionar estos problemas pero también es por que los problemas son mucho peores y difíciles de resolver".

LOS SIGUIENTES: COLOMBIA Y BRASIL

El próximo año un nuevo Presidente será electo en Colombia y Brasil, donde la tendencia parece continuar.

El conservador colombiano Iván Duque se ha convertido en el Presidente más impopular en un año marcado por el malestar social y una violenta represión policial que generó críticas a nivel internacional.

El izquierdista y ex guerrillero Gustavo Petro lidera las encuestas rumbo a las elecciones del próximo mayo de 2022.

Y en Brasil, el Mandatario Jair Bolsonaro, de extrema derecha, también es muy impopular en medio de una recesión económica y pasos en falso en su política de respuesta al Covid-19.

En este contexto, rumbo a las elecciones generales de octubre de 2022, el ex Mandatario izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva está arriba en los sondeos de preferencias.

“Esto no significa que haya entusiasmo por Lula, más bien se trata de un rechazo por Bolsonaro,”, indicó Shifter.

“Es parte de una tendencia del rechazo”.