Aunque comenzó como un proyecto pequeño y privado, bajo el liderazgo de Strasberg el Actors Studio ganó una alta reputación entre los círculos teatrales, no sólo de la Gran Manzana, sino en todo el mundo, ya que entre sus colaboradores se encontraron figuras ahora legendarias como Paul Newman, Dustin Hoffman, Sally Field, Sidney Poitier, Karl Malden, Patricia Neal, Rod Steiger, entre muchos otros famosos.
Como la idea de los fundadores y del propio Strasberg era legar a la industria generaciones llenas de ambición y talento, exigían que sus elegidos estuvieran extremadamente comprometidos con su formación; es por ello que artistas como Hoffman, Jack Nicholson y Harvey Keitel, por ejemplo, decidieron audicionar varias veces para ganarse su lugar.
Sólo para ejemplificar el nivel de exigencia del grupo (porque cabe mencionar que nunca se consideró a sí mismo como una escuela): en el año en que audicionaron Martin Landau y Steve McQueen, sólo ellos tuvieron la oportunidad de convertirse en miembros ante una competencia de más de 2 mil candidatos.