Ambas disciplinas corren en paralelo porque en la carrera de música hay clases de matemáticas: se cuentan los acordes, la velocidad, los intervalos, distancias, hay múltiples unidades de medición. “Quienes estudian música tienen una visión más analítica sobre operaciones matemáticas, pueden resolver de manera más fácil problemas”, define Julio Tovar, músico y coordinador de Arte y Cultura en la Universidad Panamericana.