¿Qué es un inmueble de valor artístico relevante?

De acuerdo con el artículo 8, inciso II de la Ley de Patrimonio Cultural del Estado, un Inmueble de Valor Artístico Relevante, es una edificación pública o privada construida después de 1900 y para ser incluida en el Inventario Estatal del Patrimonio Cultural, debe cumplir con los siguientes requisitos:

  • Que representen un ejemplo de una determinada corriente estilística.
  • Que constituyan una creación de calidad, única o atípica dentro de un contexto urbano.
  • Que se distinga por su calidad de composición, diseño o ejecución arquitectónica.
  • Que presenten un grado de innovación en cuanto a diseño, materiales o técnicas utilizadas.
  • Que posean un reconocimiento particular entre la comunidad que están insertas ya sea en forma aislada o como parte de un conjunto urbano patrimonial.

El lugar Viva Belial luce en la fachada de la casa un grafiti hecho por los artistas Jesús Villalpando “Feng” y Roberto Morleghem.

LA IMPORTANCIA

La casa, ubicada sobre la Calle Constancio Hernández Alvirde 83, casi esquina Juárez, a un costado del edificio administrativo de la Universidad de Guadalajara, fue construida por Castellanos Lambley en 1932, a petición del coronel Eduardo Espinoza, esposo de María del Carmen Obregón, hija de Álvaro Obregón. En 1979, los propietarios vendieron el inmueble a la barra de abogados “Ignacio L. Vallarta”, quienes la utilizaron para instalar el Colegio de Abogados. Durante muchos años se conoció como la “casa del abogado”, hasta que la Universidad de Guadalajara decidió rentarla y utilizarla, de 2005 a 2013, como un espacio cultural especializado en fotografía, que se conoció como Casa Escorza.
El arquitecto y defensor del patrimonio, Ignacio Gómez Arriola, recuerda que Castellanos Lambley construyó esta finca en una época en que la arquitectura regional estaba en un proceso de búsqueda, entre vanguardias y tradiciones, que en las primeras décadas del siglo 20 se conoció como Escuela Tapatía de Arquitectura.
Pedro Castellanos, junto con los reconocidos arquitectos Luis Barragán y Rafael Urzúa, dejaron un legado invaluable al paisaje no solo de Guadalajara, sino en Municipios del Estado y el País, incluso Barragán ha sido el único mexicano en ganar el Premio Pritzker, considerado el Nobel de la disciplina.
“A mediados de los años 30 hubo en Guadalajara un renacimiento de la creación artística, de la arquitectura, el exponente más importante por supuesto es Luis Barragán, Rafael Urzúa y Pedro Castellanos, éste último tenía la inquietud de ser muy desprejuiciado, es decir, si le tocaba hacer una casa neocolonial, la hacia, como el caso de la Casa Zuno; si le tocaba hacer una inspirada en la arquitectura árabe también la hacía con talento y calidad”.
“Esta casa es el mejor ejemplo en Guadalajara del estilo neo mudéjar, es de las más importantes y justamente por ser de Castellanos, tiene muchos elementos característicos de esa arquitectura, es una pieza muy importante para la Ciudad”, describe Gómez Arriola.

Así lucía la casa que construyó el arquitecto Pedro Castellanos en 1932, a petición del esposo de la hija de Álvaro Obregón.

SIN EXPLICACIÓN

En los últimos nueve años, la finca de valor artístico relevante ha sido sede de varios cafés y restaurantes, hasta que en agosto pasado abrió sus puertas Viva Belial, un comercio especializado en coctelería, según explica su página oficial, y que en su interior tiene varias obras de artistas plásticos.
MURAL acudió al establecimiento para buscar al encargado, pero no se encontró en el sitio, aunque empleados expresaron que “Daniel”, el gerente, se pondría en contacto, pero no lo hizo.
Para Ignacio Gómez Arriola, también perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la intervención que realizaron Villalpando y Morleghem sobre la cantera de este inmueble es “inadmisible”. Aunque advirtió que la pinta puede ser reversible, recalcó que este acto “es muy vergonzoso para la Ciudad por no aventarse a fondo en el tema”.
“La arquitectura patrimonial y el grafiti no se llevan, hay una tendencia de que de pronto se pone un café, un antro o un restaurante en un edificio patrimonial, pero luego se les ocurre que para jalar gente tienen que pintar un mural encima”.
“Creo que debería existir una multa, una sanción hay una responsabilidad del propietario con la Ciudad”, resaltó Gómez Arriola.

Firma de uno de los artistas que realizó el grafiti en la casa conocida como Casa Escorza.

La placa que identifica a la finca como de valor artístico relevante fue tapada con una maceta.

SE DESLINDAN POR PARTIDA DOBLE

Nadie sabe, nadie supo. Aunque la casa de Castellanos, construida hace 90 años, es de valor artístico relevante y compete tanto al Ayuntamiento de Guadalajara como a la Secretaría de Cultura de Jalisco vigilar su conservación e integridad, ambas instancias se deslindaron de la obligación.
La dependencia estatal insistió en que se debe interponer una denuncia en la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento de Guadalajara y que desde la Dirección de Patrimonio Cultural de la SCJ lo que toca es emitir “una recomendación al dueño de la finca indicando la limpieza de la cantera”, que incluso además se le puede “asesorar” sobre métodos de limpieza y restauración de la cantera.
El Ayuntamiento de Guadalajara también se deslindó. A través de Comunicación Social, la Dirección de Obras Públicas expresó que el tema “no le compete”, mientras que la Dirección de Inspección y Vigilancia lo único que podría hacer es “sancionar por grafiti publicitario”.
Sin embargo el Reglamento para la Gestión Integral del Municipio de Guadalajara deja muy en claro que el Ayuntamiento tiene facultades y además debe inspeccionar cualquier tipo de intervención al patrimonio cultural edificado.
Mientras que la Ley de Patrimonio Cultural del Estado advierte, en su artículo 38, que “los propietarios de bienes inmuebles inventariados como Patrimonio Cultural del Estado deberán conservarlos, y en su caso, restaurarlos con autorización de la dependencia municipal, previo dictamen de la Secretaría (de Cultura)”.
La finca, trazada por Pedro Castellanos, está protegida por la Ley de Patrimonio Cultural del Estado. Está inserta en el Inventario Estatal de Patrimonio Cultural y su nivel de intervención es mínimo, para asegurar su conservación.
Según la normativa: “Todo acto u omisión que contravenga lo dispuesto en esta ley y sus reglamentos, serán sancionados por las autoridades estatales y municipales correspondientes, en el ámbito de su competencia, pudiendo imponer al infractor las medidas de seguridad y las sanciones administrativas, conforme la naturaleza y circunstancias de cada caso”, se lee en el artículo 81.

La Secretaría de Cultura informó que para actuar debe haber un denunciante.