Hay un gran personaje, de la región (San Lazzaro di Savena) muy cercana a donde soy yo (Ravenna), que es Alberto Tomba, un esquiador excepcional con una historia muy particular: fue un carabinieri (policía de orden militar) muy distinguido. Uno de los grandes orgullos italianos en esquí, un gran esquiador, muy querido por la gente. Siempre me he sentido orgullosa de él, y lo conozco bien”.

Es una emoción tremenda poder ver los Olímpicos de Invierno. Cuando puedo me siento a ver con mis hijos muchos encuentros deportivos, ya sea de fútbol, tenis o los olímpicos. Hay algo fascinante y de adrenalina en el alpinismo, ese momento de ‘se va a caer, pero la libró’, o ‘espero lo logre y llegue rápido’. Esquiar en nieve es impresionante, y como deporte, más”.

Me encantan los olímpicos, soy una fan declarada, y si son los de invierno, más. Me gustan las ceremonias de apertura y de clausura. Me parece muy emotivo ver el desfile de banderas y las delegaciones, y algo que me atrapa es la sorpresa que revelan en el momento de prender el pebetero. Saber cómo lo hacen es muy lindo, y me da curiosidad, porque, ¿no se apaga con el frío?”.

Soy snowboardista certificada y también esquiadora. Prefiero ver los Olímpicos de Invierno porque como crecí en Illinois, adoraba la época invernal. Admiro a todos los atletas que compiten en los Juegos Olímpicos. Creo que el snowboard es de los más jóvenes en esta justa, debe de tener unos 20 años oficialmente (desde 1998), y me declaro fan del big air (salto gigante). Es lo máximo”.

En general, admiro y respeto profundamente a todos los atletas que lo dan todo por ir a unos olímpicos, es lo máximo, es genial su nivel. De los de invierno me llama mucho la atención el patinaje de velocidad, hombres y mujeres, y un momento que me conmueve es cuando suben al podio. Verlos con sus medallas me da tremenda alegría”.

Esos esquiadores que llegan a los Olímpicos de Invierno me ponen la piel chinita. Los que se deslizan en las montañas a toda velocidad (alpino y slalom), ¡guau! Y también los que hacen el salto de distancia, que se ponen derechitos, derechitos, inclinados y se avientan por la rampa, ¡qué impresión! Mis aplausos y respetos para ellos”.

Adoro el patinaje artístico de mujeres, todas me parecen unas artistas, unas atletas. Proporcionan momentos divinos (a los espectadores). Recuerdo que había una mujer alemana muy carismática, Katarina Witt. Era simplemente espectacular”.

Yo soy un freak de las Olimpiadas de Invierno. Aunque las de verano me gustan, las de invierno más. Me pone los pelos de punta lo que hacen todas las pruebas de resistencia, como una caminata de distancia de locura, y van unos sobre otros rebasándose (cross-country skiing). Sí que me cautiva porque dura muchísimo y hombres y mujeres son la hostia”.

Encuentro algo de sublime y poético en el patinaje artístico, y el de parejas, que es muchísimo baile, más que saltos (danza artística), me parece algo bellísimo. Recuerdo perfectamente una locura que fueron los canadienses (Torvill and Dean) que patinaron con el Bolero de Ravel. Ha habido muchos impactantes, pero a ellos los tengo muy presentes en el recuerdo”.

Me gusta ver el esquí y practicarlo. Justo en la temporada de vacaciones navideñas me fui a esquiar, y me la paso fenomenal esquiando. Es un deporte que también me gusta ver. Amo las Olimpiadas de Invierno, me encanta ver el esquí en todas sus modalidades y sufro un poco si se caen o si van contrarreloj. Es un deporte apasionante, y adoro esa parte de estar en la nieve deslizándome contra el viento”.

Mi respeto total, mi admiración total a los atletas que llegan a unos olímpicos. Las disciplinas al aire libre de los Juegos de Invierno me parecen una prueba de resistencia y fortaleza. Me emociona ver el momento en que se definen las medallas, cuando por una centésima gana uno: es un momento muy emocional”.