Museo Cabañas (Calle Cabañas 8)

Su construcción inició en 1801 como la Casa de la Misericordia y abrió sus puertas en 1810. El recinto de valor excepcional, edificado con cantera dorada de Huentitán, fue diseñado en un estilo neoclásico. Tiene  23 patios que albergan jardines y fuentes, así como 106 habitaciones, 78 pasillos y dos capillas. En 1980 cambió su vocación, se transformó en un centro para la promoción de la cultura y las artes, y desde hace 25 años fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. 

Catedral Metropolitana (Avenida Alcalde 10)

Dedicada a la Asunción de María Santísima, la iglesia más representativa de la fe católica tapatía empezó a construirse en el siglo 16, pero la estructura original sufrió modificaciones a causa de varios sismos. Las torres de este edificio ecléctico fueron reconstruidas en el siglo 19, con un estilo neogótico y forradas con mosaico amarillo y azul típico de Sayula. 

“Es el eclecticismo el que domina el paisaje tapatío y el mayor ejemplo de estas estructuras mixtas o de este collage es precisamente la Catedral Metropolitana, que es un cúmulo de estilos arquitectónicos, tiene estilo neoclásico, arabesco, neogótico, sin que domine ninguna de las tendencias”.

Efraín Fraco Frías, académico y estudioso de la historia de la Ciudad.

Teatro Degollado (Calle Degollado s/n, esquina con Hidalgo)

Empezó a construirse en 1856 por impulso del Gobernador Santos Degollado. Bajo el diseño del arquitecto Jacobo Gálvez, abrió sus puertas el 13 de septiembre de 1866. De un estilo neoclásico, el primer espectáculo que recibió fue la ópera “Lucía de Lammermoor”, protagonizada por Ángela Peralta. 

Palacio de Gobierno (Calle Ramón Corona 31)

El centro del poder en Jalisco empezó a edificarse en 1650, con una estructura de adobe y piedra. Tras varios terremotos, debió reconstruirse, ya en un estilo barroco, con cantera dorada de Huentitán. Como hoy lo conocemos abrió sus puertas en 1790. En 2010, para las celebraciones del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, abrió varios de sus salones como un museo de sitio. 

Templo Expiatorio (Calle López Cotilla 935)

El nombre original de esta joya del neogótico mexicano es Basílica del Santísimo Sacramento. Se empezó a erigir en 1897, bajo el trazo del arquitecto Adamo Boari, también autor del Palacio de Bellas Artes, pero su construcción fue compleja y larga: terminó de construirse hasta 1972 gracias al arquitecto Ignacio Díaz Morales. La iglesia fue recubierta con piedra tallada, decorada con vitrales franceses y un reloj de origen alemán. 

Museo de las Artes de la UdeG (Avenida Juárez 976)

Bajo la autoría de José Navarro Branca, este recinto se construyó en 1914, junto con otro inmueble casi idéntico en la acera de enfrente (demolido en 1980 para construir el actual Edificio Administrativo de la UdeG). Tiene un conjunto de murales de José Clemente Orozco y desde 1994 se fundó como museo, aunque de manera parcial y fue hasta 2003 que todo el edificio se dedicó a exposiciones temporales.

Antiguo Hospital Civil Fray Antonio Alcalde (Calle Coronel Calderón 777)

Bajo el cobijo de Fray Antonio Alcalde, la edificación del Hospital Real de San Miguel de Belén, empezó a construirse en 1787 y entró en operaciones en 1794. Este recinto, que incluyó la construcción de un cementerio anexo (Santa Paula) marcó un hito arquitectónico en su tiempo y este complejo fue el primero en su tipo en América Latina.

Edificio Arróniz (Calle Zaragoza 224)

Desde 2014 es sede de la Secretaría de Cultura de Jalisco, pero este recinto, atípico para el primer cuadro de la Ciudad, se edificó de 1898 a 1906 con una vistosa fachada de ladrillo rojo, bajo el trazo del arquitecto Antonio Arróniz Topete. Originalmente fue seminario, pero también fue cuartel y hospital militar. En el sexenio de Emilio González Márquez fue adquirido por el Gobierno del Estado, tras una inversión de 171 millones de pesos. Tiene ocho mil 746 metros cuadrados de construcción repartidos en cuatro niveles.

Mercado Libertad (Calle Dionisio Rodríguez 52)

El 30 de diciembre de 1958 inauguró sus puertas este mercado mejor conocido como San Juan de Dios. Para construirlo, un año antes se tiró el anterior edificio de la autoría de Pedro Castellanos. Este nuevo inmueble diseñado por Alejandro Zohn fue declarado Monumento Artístico de la Nación. Tiene una estructura de columnas paraboloides, amplios patios y funcionales espacios que lo colocan como una de las joyas de la arquitectura moderna tapatía

“(El Mercado Libertad) tiene un lenguaje arquitectónico único en el aprovechamiento de los espacios interiores y exteriores, combinados con el manejo del diseño estructural, así como las circulares y modulaciones de los locales comerciales, destacando la idea del tianguis mexicano con un lenguaje contemporáneo”.

Fragmento del decreto que declara al recinto como Monumento Artístico de la Nación.

Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz (Calle Colón y Pedro Moreno)

Este centro de consulta se asienta donde antes estuvo el Templo de Santo Tomás de Aquino y su capilla de Nuestra Señora de Loreto, edificado a partir de 1591, pero con varias etapas posteriores en el siglo 18 y 19. Fue sede de la Real Universidad de Guadalajara y del Poder Legislativo de Jalisco y tiene murales de Amado de la Cueva y David Alfaro Siqueiros. Desde 19 de julio de 1991 es la sede de la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz, con un acervo de 60 mil volúmenes. 

Templo de Santa Mónica (Calle Reforma 409)

La iglesia es lo único que quedó del convento de Santa Mónica de Guadalajara, de Agustinas recoletas. Data de 1729 y destaca por su recargada decoración con evocaciones al barroco mexicano. La recargada decoración de la fachada principal destaca con elementos de influencias del corintio, pero contrasta con su interior, que luce más humilde, con un altar de estilo neoclásico.

Casa ITESO-Clavigero (Calle José Guadalupe Zuno 2083)

Conocida antes como la Casa González Luna, fue una de las primeras fincas construidas por Luis Barragán en 1929, bajo los postulados de la Escuela Tapatía de Arquitectura, que buscaba aprovechar los materiales y técnicas locales, con el diseño de amplios patios y jardines, que modularan la temperatura interior y exterior. Fue adquirida por el ITESO para funcionar como centro cultural y desde 2006 fue declarada Monumento Artístico de la Nación.

“(A finales de la década de 1920) hay una búsqueda de lo tapatío, de lo regional. Hay un grupo de arquitectos que coinciden con sistemas constructivos y uso de materiales locales, conocidos como la Escuela Tapatía de Arquitectura, a la que también se le llama movimiento regionalista, que es único, no se dio en todas las ciudades de México”. 

Arabella González Huezo, arquitecta y fundadora de editorial Arquitónica.

Información: Rebeca Pérez Vega.

Fotos: Tomadas de los sitios oficiales del Ayuntamiento de Guadalajara, la Universidad de Guadalajara y el ITESO.