En febrero de 2010, a meses del Mundial de Sudáfrica, Corona se vio involucrado en un altercado en un bar, en donde lesionó a una persona que lo demandó por ello.
Si bien un primo se echó la culpa, al final el entonces arquero de Cruz Azul aceptó la responsabilidad y esa polémica le costó su lugar en la Copa del Mundo, en la que se perfilaba como titular.