1. Mandarina

Este cítrico se destaca por su elevada concentración de agua en un 90% y de Vitamina C. También posee otras vitaminas, la A, B1 y B2, así como sales minerales, potasio y ácido fólico.

Es rica en fibras, con bajo nivel de azúcar, reducido contenido de grasa y calorías. Es una fruta diurética; junto con las vitaminas y sales minerales que posee, colabora para el tratamiento de las anemias.

2. Jícama

Es un tubérculo que pertenece a la familia de las leguminosas, Fabaceae, como el frijol, habas, garbanzos, etc., pero sus vainas no se consumen por contener una sustancia tóxica. Es rica en minerales, principalmente potasio, calcio y magnesio, así como en vitamina C y algunas otras del complejo B.

Además, contiene inulina, un tipo de fibra o prebiótico que promueve el crecimiento de bacterias benéficas para el sistema digestivo, entre otras funciones. Tiene una gran proporción de agua y muy pocas calorías.

3. Lima

Posee vitamina C, potasio, ácido cítrico, fibra y una alta cantidad de agua, lo que la hace ideal para normalizar el exceso de ácido clorhídrico en el estómago y evita la formación de úlceras, fortalecer el sistema inmunológico para evitar resfriados

También ayuda a la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, facilita la absorción del hierro obtenido de los alimentos, regular el azúcar de la sangre, mejora el metabolismo y rejuvenecer la piel.

4. Fresa

Tiene ácidos orgánicos como el salicílico, el málico y el oxálico, así como flavonoides (antocianinas), que son pigmentos vegetales con una importante función antioxidante.

Este papel antioxidante que ejercen las fresas en el organismo bloquea o neutraliza el efecto de los radicales libres, responsables, entre otras causas, del envejecimiento, de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer.

5. Huaje

Es un árbol originario de México cuyas vainas se consumen debido a su alto valor nutricional y funcional, pues tiene un alto contenido de proteínas, fibra y antioxidantes, por lo cual es fácil de digerir y tiene una elevada actividad para evitar el envejecimiento celular, disminuyendo el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares o neurodegenerativas.

Las semillas del guaje se consumen crudas, cocidas, molidas o tostadas en diversas recetas mexicanas, principalmente en salsas o moles.