Para cuando leas esto es probable que ya hayas escuchado algo al respecto. 

Los NFT o Criptoarte son la discusión de hoy en todas las sobremesas.  

Según los expertos, estos vinieron a revolucionar el mercado del arte: se llaman token no fungibles, o NFT por sus siglas en inglés, porque son unidades de criptomonedas únicas que no se pueden replicar.

Aquí van cuatro cosas que tienes que saber. 

1. Para entender mejor de qué va todo esto es importante decir que el criptoarte no necesariamente hace alusión a un medio o un formato, es decir, no todo el arte digital es criptoarte. 

El término hace referencia más bien a la posibilidad de ser dueño o adquirir los derechos de unicidad de una pieza. Es como el certificado de una obra pero en datos. 

Por ejemplo, de una videodanza, de una proyección o de un algoritmo.

2. Blockchain: todo esto es posible gracias a la tecnología con la que funcionan las criptomonedas, el blockchain, que en español se traduce como cadena bloqueada o cadena de bloques, en la que cada bloque tiene una copia que certifica la cadena de movimientos para acceder a su adquisición.

Pero eso no significa que de ahora en adelante la pieza que compraste es solo tuya y que solo tú decides cuándo y quiénes la ven o no. A lo que accedes es al certificado de que de ahora en adelante la pieza original de la que hablamos es solo tuya. 

En el mundo de posibilidades del arte también se han vendido los derechos de SMS o imágenes en formatos JPG, piezas que antes no podían poseerse (del todo) por formar parte de un mundo, digamos, no físico.

Los precios de las obras los impone el mercado, es decir, la demanda.

3. El mercado sigue funcionando igual. Como en el mercado del arte tradicional, si algo es valioso, su precio sube, pero debido a que no se trata de piezas que tomen tiempo como una pintura o una escultura, tampoco requiere materiales como óleo, arcilla, telas y otro tipo de instalaciones, a veces los precios de los NFT parece exhorbitantes. 

Ejemplos más controversiales sobran, como la venta de un SMS a 150 mil dólares, o un tuit a 2.9 millones o las experiencias vivenciales para los fandoms de artistas que rondan, en el caso de, por ejemplo, Lindsay Lohan, los 17 mil dólares. 

Pero, para ser justos, estos precios los determinan los compradores y el valor histórico de las piezas. Ese SMS fue el primero enviado en la historia de la telefonía celular y el tuit fue el primero qie se envió en esa red social. 

Los “NFT experienciales” con artistas y celebridades les dan a los fans la oportunidad de interactuar con sus artistas favoritos en la vida real conociéndolos en persona, algo por lo que cualquier fan probablemente pagaría de todos modos. Es una experiencia más tangible. 

Hay artistas en el País que están implementando estos formatos para vender certificados de sus piezas como el colectivo tapatío Sector Reforma que expuso algunas piezas a la venta disponibles en su última muestra “Superposición, simulacro”. 

4. Dónde comprarlo. Hay plataformas internacionales donde se oferta criptoarte en distintos formatos de manera regular, como Minitable, Rarible, Ethernity y Opensea.

En 2021 México fue el primer país de América Latina en subastar criptoarte el 6 y 11 de septiembre con 22 piezas de arte digital en la casa de subastas Morton. 

La primera obra de criptoarte vendida en el País fue “Viva” del artista Juan Carlos Valle, una pintura que solo existe en forma de GIF, porque su autor pintó algo más encima del lienzo. 

Se vendió por 90 mil pesos. 

Información: Alejandra Carrillo Fotografías: Especial