El sueño de vivir, de no ser víctimas de prejuicios y obstáculos por razón de género, el sueño de tener garantizado el derecho de protección la salud; el sueño de no temer que la violencia toque a sus puertas mientras que el Estado lo normaliza y es indiferente al respecto, como puede observarse en las siguientes cifras, la realidad merece el luchar"