LO HABÍAN DADO EN ADOPCIÓN

Fue una gran sorpresa cuando la familia de Lady vio su foto en una publicación de internet que decía: “En adopción”.

La perrita pastor alemán de 9 años llevaba más de un mes perdida luego de haber desaparecido de un rancho en marzo del 2021. La familia la había buscado sin descanso y se había resignado a no volver a verla.

“No lo podía creer cuando vi que estaba ahí (en la página de internet)”, expresa David Gómez, dueño de Lady.

“Dije: ‘¡No manches!’, es increíble cómo sobrevivió y cómo la rescataron”.

Lady vivía en Escobedo con su familia desde que tenía 2 meses de edad. Pasaba los fines de semana en un rancho de sus dueños que está en Doctor González.

Un día desapareció; no saben si alguien la robó o si ella se salió y luego se perdió. Tras buscarla por los alrededores durante semanas dieron por hecho que no volverían a verla.

Pero un día, la esposa de David le mostró una foto que encontró en Proyecto Salvavidas, una plataforma digital que impulsa el rescate y adopción de perros y gatos de la calle.

“Vio la foto y me dijo: ‘Mira, se parece mucho a Lady’”, relata David.

“Me la pasó, yo la veo y le dije: ‘No se parece. ¡Es Lady!’”.

Sin perder tiempo se comunicaron escribieron a la página y, tras una serie de preguntas e intercambio de más imágenes, confirmaron que la perrita en adopción, a quien habían llamado Eva y estaba próxima a ser adoptada, sí era Lady.

Una joven la había rescatado de entre el tráfico de la Avenida Lázaro Cárdenas, en el sur de Monterrey, a más de 50 kilómetros de distancia. No saben cómo llegó hasta allá.

“No sé cuánto tiempo habrá durado sin comer, porque dicen que ya se veía como si nada más estaba caminando por puro instinto, muy flaquita, toda desorientada. La joven que la vio se paró y la recogió”, dice David.

“Lo que hizo la chava está súper bien, rescatarla, darle casa, la tuvo como dos o tres semanas y me dijo que la llevó al veterinario”.

Cuando la encontraron, Lady se emocionó.

Y aunque por su edad hoy es un poco menos juguetona, vive feliz al lado de su familia.

VUELVE TRAS SEIS MESES

Después de la fractura que la dejó sin caminar, Sandra Torres encontró compañía con Camilo Solovino, un shih tzu de 10 años que adoptó tras ser rescatado de las calles.

El perro llegó a ella en febrero del 2020 y la acompañó en su proceso de rehabilitación hasta que una tarde de agosto, cuando ella volvió a casa, ya no lo encontró.

“En pandemia es bien difícil (buscarlo), porque ni cómo salir. Contraté servicios de voceo, que pegaran volantes, que los repartieran en casas”, recuerda la vecina de Cumbres.

Creó la página de Facebook “Buscando a Camilo” para que la información llegara a más personas.

“Fue buscarle, buscarle y buscarle”, describe.

“Le publicaba historias, canciones, poemas. Creo que baje cómo 16 kilos porque yo me sentía culpable (de perderla) luego de que el perrito había tenido una casa después de tantos años”.

Durante el tiempo que esperaba el regreso de Camilo, Sandra adoptó otra perrita y dos gatos.

Seguía buscando, visitó diversos lugares de casi todos los municipios de la zona metropolitana. Aunque no aparecía, ella no perdía la esperanza.

Tras seis meses de búsqueda, en diciembre le llamaron para decirle que tenían a su mascota. Un hombre originario de Guadalajara acababa de llegar a vivir con su tía a Monterrey y reconoció que el perro que ella tenía era Camilo.

“En la página de la colonia vi que estaba ese perrito publicado”, le dijo a Sandra. “Como mi tía no ve internet, no usa Facebook ni nada, lo chequé y si era”.

La tía lo había recogido de la calle a media cuadra de su casa y lo había tenido con ella durante todo ese tiempo.

Se lo entregaron a Sandra recién bañado, perfumado y con una bufanda contra el frío.

“Aunque al principio fue desconfianza”, expresa la mujer, “después fue agradecimiento porque él podría haberlo vendido, aunque ya es viejito”.

“Como son muy codiciados (los shih tzu), todos lucran con ellos”.

LO APOYA TODA LA CIUDAD

De no haber sido por el apoyo ciudadano, quizá Mateo no habría vuelto a casa.

Amigos, vecinos, rescatistas, usuarios de redes sociales y hasta un influencer se unieron para ayudar a Arturo Quintana a encontrar a su perro.

“La empatía y el apoyo fue lo que me ayudó tanto”, dice Arturo, de 32 años, habitante de la colonia María Luisa, en Monterrey.

Mateo era apenas un cachorro de menos de 1 año cuando se salió de casa, en agosto del 2015. Pero confiaron en que el blue heeler regresaría, pues conocía bien la colonia.

Al no volver, Arturo comenzó a publicar en grupos y páginas de internet, a buscarlo por zonas aledañas y a colocar carteles con su fotografía.

Muchas personas comenzaron a ayudarlo y le avisaban si veían a un perro parecido.

“En una de esas que estaba publicando, tuve la suerte de que Benshorts, el influencer, vio la publicación, y gracias a él se hizo viral”, cuenta el joven.

A partir de ese suceso, más gente se unió. Recibía muchos mensajes de personas que aseguraban haber visto a Mateo.

La gente se unía a los rondines e incluso donaban dinero para imprimir más carteles.

Luego de tres meses y medio de búsqueda, el 26 de noviembre Arturo recibió una llamada para decirle que su mascota estaba en la colonia vecina.

Aunque dudaba que fuera verdad, fue a buscarlo. Encontró un perro en la calle que se parecía mucho a Mateo, sólo que mucho más grande.

Para confirmar si era él, Arturo puso su rodilla en el piso, le silbó y el peludo hizo lo que su dueño había enseñado desde pequeño.

“Se dejó venir corriendo a todo lo que daba, y se me aventó encima”, ríe, “y fue así cuando reconocí que ese perrote sí era Mateo”.

Mateo había llegado a una construcción de la zona 15 semanas atrás. Los trabajadores lo habían alimentado durante ese tiempo y hasta le dieron un juguete. No se sabe dónde estuvo los meses anteriores, pero hoy ya se encuentra al lado de su mejor amigo.