Una enfermedad poco frecuente y de nombre extraño ha hecho que el escafoides del pie de Rafa Nadal se deteriore hasta romperse. Pero esta lesión, a pesar del dolor que produce, no ha impedido que el tenista consiga su Grand Slam número 21 en la rama varonil.
“Me levanté cojo. Yo tenía una pequeña enfermedad del escafoides, que era más fino por un lado, y se partió. Pasé unos meses complicados, fuimos a diferentes médicos y algunos me dijeron que no creían que pudiera volver a jugar a una intensidad alta”, recordó el español.