Maternidad

Este es el único panel que queda de la etapa inicial en la obra mural de Orozco, durante 1923 y 1924 en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, parte del proyecto de un primer conjunto titulado Los dones que recibe el hombre de la naturaleza, destruido por el propio Orozco para realizar esta obra con la gran influencia del Renacimiento.

Este mural causó disgusto entre la Asociación de Señoras Católicas, que interpretaron el cuadro como una representación de la virgen desnuda con su hijo Jesús en brazos, aunque para Orozco se trataba sólo de una madre.

Fue suspendido de ese trabajo, pero regresó con los años y en el mismo Antiguo Colegio de San Ildefonso, en 1926, pintó en una de las partes del mural La destrucción del viejo orden, La trinchera y La huelga, una mofa de las damas que lo censuraron en el caricaturesco mural Las aristócratas, emplazado en el primer piso.

Prometeo  

Prometheus fue el primer mural que pintó Orozco fuera de México y, quizá el primer mural con la tradición mexicana que impusieron junto con él Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros en Estados Unidos. 

Después del fértil desarrollo de su carrera en la época de Vasconcelos, Orozco viaja a Estados Unidos a trabajar y en 1930 recibe una comisión para pintar un mural en la cafetería del Pomona College en California, donde además impartió clases de pintura. 

Orozco vivió en California por dos meses para realizar el mural que suscitó varias controversias, sobre todo a la hora de diseñar el aparato reproductor de la representación pictórica del titán que, en la mitología, traicionó a los dioses para darles el fuego a los humanos. 

El mural sigue en la sala de comer de la universidad así como los chistes sobre el tamaño poco proporcionado de su miembro.

Épica de la Civilización Americana

Poco después en esa época, pintó un mural monumental en la Universidad de Dartmouth en New Hampshire, durante 1932 y 1934 en una de las bibliotecas de la escuela. 

Se titula The Epic of American Civilization, que puede traducirse como Épica de la Civilización Americana. 

El mural está compuesto por 24 paneles monumentales que incluyen la historia de Estados Unidos con la Conquista Británica así como la Conquista Española en México y Latinoamérica.  

Esa parte de la librería es conocida como la Orozco Room y ha sido controversial desde su creación, sobre todo porque, dentro de una universidad de la prestigiosa Ivy League, Orozco incluyó una crítica a esa forma de poder académico sobre todo en el panel Gods of the modern world (Dioses del mundo moderno) que señala las estructuras obsoletas que existen en esos ambientes con esqueletos en batas de graduación dando a luz libros muertos y conocimientos muertos. 

En ese panel, el mundo está en llamas y los esqueletos académicos no se percatan de ello ocupados en su asunto. 

El mural completo se puede contemplar en una grabación 3D que hizo la universidad. 

La justicia 

En la Suprema Corte de Justicia de la Nación en Ciudad de México habitan tres murales distintos Las riquezas nacionales (1940, 1941),  Movimiento social del trabajo (1941), y La justicia (1940, 1941), este último se considera una crítica atemporal a la corrupción y la desigualdad. 

Se divide en dos secciones: ‘La Justicia Metafísica’ y ‘La Justicia de los Hombres’

Por este diseño donde dibujó a una justicia ciega impartiendo su poder a diestra y siniestra y una dormida que representaba el trabajo de los ministros y autoridades, fue despedido de su consigna y el mural que mediría alrededor de 430 metros terminó midiendo solo 140.

Dive Bomber and Tank

Después de que su trabajo se convirtió en un referente nacional en la historia del arte, en 1940, Orozco decidió rebelarse de esos moldes mexicanistas en donde habían encerrado su trabajo. 

Para una colaboración con el Museo de Arte Moderno (MoMA) en Nueva York, pintó para la exposición Veinte siglos de Arte mexicano, un mural  de seis paneles móviles e intercambiables una obra sobre la industria bélica de la Segunda Guerra Mundial. 

Aunque es totalmente distinto a lo que había pintado en otros lugares, esta pintura representa un trabajo mural en pequeño formato que sí habla de la vida y de cómo cambian los seres humanos con el odio de su tiempo. 

Cuando le preguntaron qué clase de crítica quería hacer aquí, según registra la colección del Museo hasta hoy en día, Orozco contestó:

“Simplemente pinté la vida que está ocurriendo en el presente, lo que somos, lo que es el mundo en este momento. Eso es el arte moderno”.

Jiquilpan 

Dentro de una biblioteca del pequeño pueblo de Jiquilpan se encuentra este mural monumental. 

La Biblioteca Gabino Ortiz resguarda esta serie de paneles de distintas paletas de colores que pintó Clemente  Orozco  en 1940 por encargo del entonces presidente Lázaro Cárdenas, originario de esta ciudad michoacana. 

El mural está centrado en mostrar el sufrimiento que pasó el pueblo mexicano que lo llevó a la Revolución representando la miseria y la injusticia y la ferocidad de quienes pelearon con especies de panteras, nopales erizados de espinas, la figura de una mujer cabalgando un tigre, una ángel desplumado, una águila gigantesca envuelta por una  serpiente roja, por mencionar solo algunos.

Información: Alejandra Carrillo. Fotos: Especial