El desfile contó con tropas marchando entre hurras y un despliegue de armas modernas, entre ellas misiles con capacidad para alcanzar el territorio estadounidense, además de otros misiles de menor alcance que pueden dispararse desde vehículos terrestres o submarinos y supondrían una amenaza para Corea del Sur y Japón.
Una de las armas presentadas en la iluminada Plaza Kim Il Sung, bautizada con el nombre del fundador del país y abuelo de Kim, fue el mayor misil balístico intercontinental de Corea del Norte, el Hwasong-17, de reciente construcción.
Pyongyang dijo haber probado ese misil el mes pasado en su primer lanzamiento de un ICBM en más de cuatro años.
Corea del Sur rebatió esa afirmación alegando que se disparó misil balístico intercontinental ya existente y más pequeño, el Hwasong-15, tras un lanzamiento fallido de la nueva versión.
A pesar de las dudas externas, el proyectil lanzado el 24 de marzo voló más alto y mas lejos que cualquier otro disparado nunca por el Norte, demostrando su capacidad para llegar a territorio continental estadounidense.