Alrededor de Demydiv, al norte de Kiev, los residentes han estado lidiando con las secuelas de una grave inundación que, en circunstancias normales, habría sido otra desgracia para un pueblo atacado por Rusia.
Esta vez, sin embargo, fue una victoria táctica.
Los ucranianos inundaron la aldea intencionalmente, junto con una gran extensión de campos y pantanos a su alrededor, creando un atolladero que frustró un asalto de tanques rusos en Kiev y le dio al Ejército un tiempo precioso para preparar las defensas.
Los residentes de Demydiv pagaron el precio en los ríos de aguas verdes que anegaron muchas de sus casas. Pero no podrían estar más contentos.