El asedio ruso de Mariúpol comenzó en los primeros días de marzo. Los actores, diseñadores y administradores del teatro tomaron refugio ahí unos días después, el 5 de marzo. Cerca de 60 personas se alojaron en el edificio con capacidad para un público de 600 personas, de acuerdo con Elena Bila, quien ha administrado el escenario por 19 años.
Pronto, el Ayuntamiento de Mariúpol decidió usar el teatro como refugio antibombas por su tamaño, sus muros inusualmente sólidos y su enorme sótano. En el primer día, unas 600 personas llegaron al lugar para esconderse, dijo Bila.
Aproximadamente una semana antes del ataque, el escenógrafo del teatro pintó en letras blancas la palabra “NIÑOS” en letras cirílicas, en la esperanza de evitar un bombardeo aéreo. Las letras eran lo suficientemente grandes como para ser vistas incluso por satélites.
El 9 de marzo, un ataque ruso destruyó un hospital materno a pocas cuadras y dos o tres mujeres embarazadas fueron trasladadas al teatro por cuestiones de seguridad, según dos empleados del teatro. Las mujeres y sus familias, incluidos niños, fueron ubicadas en los vestidores más cómodos, en el segundo piso. Esa fue su perdición.