¿CÓMO SE CONVIRTIÓ EN FOTÓGRAFO?
Hijo de un matrimonio griego que llegó a México de luna de miel, Metinides nació el 12 de febrero de 1934; su nombre completo era Jaralambos Enrique Metinides Tsironides. A los 7 años su padre le regaló una cámara y comenzó a tomar los accidentes. A los 9 ya había visto hasta 40 cadáveres en la morgue. A los 11 comenzó a publicar en La Prensa. Le decían “El Niño”. La primera muerte trágica que presenció fue la de una persona decapitada por el tren en Buenavista.
¿QUÉ DISTINGUÍA SU TRABAJO?
Siempre tomaba alguna imagen desde lo alto, “subido a un edificio, un tráiler o un cerro”-decía- que reuniera la mayor cantidad de piezas del drama. Trabajó para publicaciones como Alarma, Crimen, Policía, Magazine de Policía, Nota Roja, Zócalo y La Prensa; se llevaba mínimo -relataba- 20 primeras planas al mes.
"Siempre pensé, y aún lo creo, que yo represento al lector. Si 100 mil gentes ven mi foto, ya llevé a esos 100 mil al accidente. Pero ahora (los fotógrafos) no piensan en nada. Yo hasta les digo: ¿qué te piden, que tomes una cubeta de sangre y la eches encima?".
Enrique Metinides, fotógrafo
El fotógrafo se distinguía también por su memoria: recordaba la historia de cada retrato. Por ejemplo un día de 1966, cuando no salió a la calle y vio pasar a una mujer cargando un ataúd para su niño. Ella había podido juntar para la caja, pero luego tuvo que caminar 9 kilómetros hasta su casa.
O un domingo de octubre de 1971, cuando un tintorero quería ver el futbol, quiso colgar un diablito y quedó electrocutado.
O aquel 29 de abril de 1979, cuando la periodista Adela Legarreta Rivas se había peinado y maquillado para presentar su más reciente libro, pero murió arrollada cuando iba a cruzar la calle.
"Sin los curiosos mis fotos no serían nada. A mí me importaba retratar no sólo a los cuerpos, sino llevarme el contexto de la tragedia. Ahora están explotando el elemento del morbo únicamente".
Enrique Metinides, fotógrafo
¿CUÁNTAS IMÁGENES PRODUJO?
Calculaba haber tomado 16 mil fotografías, muchas las perdió, pero conservó otras que le dieron fama en numerosos países del mundo y otras las guardó gracias a la censura. En su archivo se quedaron todas aquellas imágenes que podían significar una ofensa al Gobierno o a los anunciantes. Una de ellas captó la volcadura de una ambulancia en la que fallecieron dos personas. No publicaron la foto porque el Seguro Social era del Gobierno y porque el periódico no lo pagaba. Los trabajadores tenían este servicio por “cortesía” de la institución, -rememoraba-, y había que quedar bien con ella.
LEER PARA CREER
Metinides compartía su material con instituciones policiacas, cuyos miembros, al observar sus imágenes, obtenían elementos para esclarecer los delitos.
Conservaba 25 proyectiles que recogió de la Plaza de Tlatelolco en 1968, luego de esconderse debajo de una mesa: “Tiré el pantalón, porque hasta las rodillas estaba rojo de la sangre”, relataba.
Cuando cumplió 80 años decía que, en realidad, tenía 133; así los contaba:
“Siete costillas rotas, un infarto y sobreviví a 19 choques. 19 por 7 vidas de los gatos: 133 años”.
Era aficionado a las películas de gángsters norteamericanos. En sus ratos libres tomaba su cámara fotográfica y disparaba contra el televisor, congelando escenas de filmes sobre Al Capone.
Tenía una colección de más de 3 mil cochecitos de policía, ambulancias y carros de bomberos.
FUENTE: Grupo REFORMA. IMÁGENES: Enrique Metinides, tomadas de www.moma.org / www.museodelestanquillo.com / centrodelaimagen.wordpress.com / REFORMA-Archivo.