Según Occidente, Rusia invadió Ucrania con la intención de derrocar al Gobierno, apoderarse de Kiev, la capital, y arrastrar al país vecino hacia la esfera de influencia del Kremlin.

Si bien Moscú no ha logrado esos objetivos, las fuerzas rusas ya se han apoderado de una amplia franja del sur de Ucrania y han redistribuido soldados, vehículos y armas pesadas con el objetivo de adentrarse más en el este y expandir el territorio que ha controlado a través de las fuerzas separatistas desde 2014.

Ahora, los ejércitos ucraniano y ruso se encuentran en una guerra de desgaste, a menudo luchando ferozmente por pequeñas áreas. Pero si Rusia puede mantener el territorio que ocupa en tierra y mantener su dominio en el mar, podría tener la capacidad de estrangular la economía ucraniana y forzar un acuerdo a su favor o facilitar un escenario para realizar ataques más amplios en todo el país.

Así está el territorio de Ucrania tras más de dos meses de guerra.

EN EL SUR

En las primeras semanas de la guerra, Rusia logró sus avances más grandes y rápidos en el sur de Ucrania, barriendo el norte de la Península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014, y apoderándose de la ciudad de Jersón y de gran parte de la región alrededor.

Esta región, de más de 17 mil kilómetros cuadrados, es más pequeña en territorio que el estado de Hidalgo. Antes de la guerra, el área tenía una población de más de un millón de personas, pero las autoridades ucranianas dicen que más de la mitad han huido.

Situada en la orilla oeste del río Dniéper, alberga un importante puerto que conecta con el Mar Negro. En esta región, Rusia ha tomado medidas para acabar con la identidad ucraniana mediante la introducción del rublo, la moneda rusa, y el nombramiento y control estricto de autoridades.

Ahí, el Gobierno impuesto por Moscú anunció hoy que tiene la intención de pedir por decreto la anexión a Rusia.

No obstante, Moscú no tiene el control completo del territorio. Los ucranianos han estado organizando contraataques esporádicos con la intención de recuperar ciudades y pueblos.

EN EL SURESTE

Después de tomar Jersón, las fuerzas rusas avanzaron al este para apoderarse del territorio de la provincia de Zaporiyia, donde se encuentra la planta nuclear más grande de Europa.

Se estima que los rusos controlan alrededor del 70 por ciento de la provincia.

Aunque el Gobierno ucraniano tiene el control de la ciudad homónima de Zaporiyia, capital de la región, las fuerzas rusas controlan Berdiansk, un puerto crítico a lo largo del Mar de Azov; Melitopol, la segunda ciudad más grande de la región, y Enerhodar y su planta nuclear.

Antes de la guerra, la provincia tenía 1.6 millones de habitantes, pero es difícil estimar cuántos se han quedado. En tanto, el Alcalde de Melitopol dijo el lunes que alrededor del 60 por ciento de los residentes de la ciudad habían huido.

MARIÚPOL

En la orilla de la región oriental de Donetsk, esta ciudad portuaria, una vez próspera, ahora está destruida. Las autoridades ucranianas estiman que unos 20 mil civiles han muerto durante el asedio de Rusia, que duró unos dos meses, y que tres cuartas partes de la población han salido.

Lo que queda de la ciudad está bajo control de Rusia, con excepción de una planta de acero donde se atrincheran los últimos soldados ucranianos y de dónde recientemente fueron evacuados civiles.

Tomar la ciudad ha permitido a Rusia constituir un corredor terrestre desde Crimea a la región de Donetsk, que está controlada por las fuerzas separatistas y por la propia Rusia.

EN EL MAR NEGRO

Si bien Rusia ha fracasado en su avance sobre la ciudad portuaria de Odesa, en el Mar Negro, la Armada rusa controla el propio Mar Negro y ha bloqueado a Ucrania ahí, algo que Naciones Unidas y otros observadores internacionales dicen que está alimentando una crisis alimentaria mundial.

Los ucranianos y los rusos han estado involucrados en una feroz batalla por una franja de tierra en el Mar Negro llamada Isla de las Serpientes, a unos 120 kilómetros de la costa de Odesa. Antes de la guerra, el control ucraniano de la isla era clave para extender los reclamos de Ucrania sobre el mar.

Aunque Moscú no ha podido establecer el control en los cielos de Ucrania, tiene una superioridad casi total en el mar.

EN EL ESTE

El Kremlin ha dicho que quiere “liberar” toda la región del Donbás, que combina dos grandes enclaves orientales: Lugansk y Donetsk. Las dos provincias limitan con Rusia y se extienden desde las afueras de Mariúpol en el sur hasta la frontera norte cerca de Járkov.

Moscú tenía una ventaja inicial en el este, debido a que las fuerzas separatistas prorrusas se apoderaron de más de un tercio del área en 2014. Desde entonces, han ampliado su presencia y ahora controlan entre el 80 y el 90 por ciento de la región. El martes, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que sus fuerzas habían llegado a la frontera entre las provincias de Lugansk y Donetsk.

Gran parte de este territorio ha sido bombardeado hasta convertirlo en ruinas. Se estima que solamente unos 50 mil civiles siguen viviendo en la parte de Lugansk controlada por Ucrania. Aún así, los ucranianos han concentrado una cantidad grande pero no especificada de sus propias fuerzas en la región para detener el avance ruso.

EL NORESTE

Ante la feroz resistencia ucraniana, la mala planificación, la mala logística y las tácticas rígidas, Rusia no logró apoderarse de los principales centros de población en el noreste. Las fuerzas rusas fueron expulsadas de Chernígov y Sumy y nunca logró hacerse con Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania.

No obstante, Rusia aún controla territorios cerca de la frontera que no tenía en su poder antes de la guerra, alrededor de la región de Járkov. También afirma que tienen el control de Izium, aunque en la ciudad hay continuos combates.

Esta parte del país está siendo ferozmente disputada, con los ucranianos manteniendo una ofensiva en los alrededores de Járkov, que está a unos 30 kilómetros de la frontera con Rusia. Desde entonces, los ucranianos han hecho retroceder a las fuerzas rusas hacia la frontera noreste y lejos de la ciudad.