Según Occidente, Rusia invadió Ucrania con la intención de derrocar al Gobierno, apoderarse de Kiev, la capital, y arrastrar al país vecino hacia la esfera de influencia del Kremlin.
Si bien Moscú no ha logrado esos objetivos, las fuerzas rusas ya se han apoderado de una amplia franja del sur de Ucrania y han redistribuido soldados, vehículos y armas pesadas con el objetivo de adentrarse más en el este y expandir el territorio que ha controlado a través de las fuerzas separatistas desde 2014.
Ahora, los ejércitos ucraniano y ruso se encuentran en una guerra de desgaste, a menudo luchando ferozmente por pequeñas áreas. Pero si Rusia puede mantener el territorio que ocupa en tierra y mantener su dominio en el mar, podría tener la capacidad de estrangular la economía ucraniana y forzar un acuerdo a su favor o facilitar un escenario para realizar ataques más amplios en todo el país.
Así está el territorio de Ucrania tras más de dos meses de guerra.