CADETES DE MONTERREY |
PRIMER LUGAR

Ahora visten un uniforme de cadetes, pero hasta hace poco eran cuatro veinteañeros que estudiaban una carrera profesional con una vida de civil.

Pese a la imagen que tienen los policías en el País y los niveles de inseguridad, terminaron la universidad e ingresaron a la Academia de Policía de Monterrey con el sueño de iniciar un cambio.

Lizbeth Niño, de 23 años, y César Hernández, de 25, son criminólogos egresados de la UANL.

José Carlos Martínez, de 21 años, estudió Ciencias Políticas y Administración Pública también en la UANL, mientras que Miguel Ángel García, de 26, terminó la carrera de psicología y una maestría en criminología en la Universidad Metropolitana.

“Con las redes sociales (las personas) empiezan a grabar cuando ocurre un mal actuar y siempre se va a resaltar más lo malo que lo bueno”, expresa César, “se le da mucha publicidad a cuando hay algo equivocado, pero no cuando haces algo correcto.

“La desconfianza se vuelve una situación de costumbre, más que de experiencia propia. Ya ni siquiera sabes por qué no confías en la Policía, sino simplemente porque todos los demás dicen, pero en realidad no tienes algo fundamentado”.

Llevan tres meses estudiando. Cursan el segundo módulo, de un total de seis, para capacitarse como policías de Monterrey.

Participaron en el “Ideatón 2022” con una propuesta de crear un “Campamento de policías para personas no policías” en las instalaciones de la Academia de Policía de Monterrey dirigido a adolescentes de 16 a 18 años.

La idea es que conozcan cercanamente a los policías, quiénes son, cómo se capacitan, todas las funciones que tienen, además de realizar actividades de acondicionamiento físico y lúdicas.

Es para jóvenes de esa edad porque consideran que están en una etapa clave para cambiar la actual percepción y al mismo tiempo impactar en sus familias.

Señalan que en la actualidad siempre se entra en contacto con los policías ya cuando ocurre un delito o una situación negativa, pero casi nunca hay un acercamiento para conocerlos.

“Nosotros también somos ciudadanos, también tenemos familia, somos humanos”, dice Miguel Ángel. “Estamos intentando hacer un cambio, reconocemos y sabemos que la problemática es muy grande”.

CADETES DE SAN PEDRO |
QUINTO LUGAR

Tienen ocho meses en el internado del Instituto de Formación y Perfeccionamiento Policial de San Pedro. A diario, a las 5:00 horas, deben estar listos para iniciar el acondicionamiento físico.

“Al policía prácticamente se le deshumaniza o se le ve simplemente como un instrumento del Estado que su única obligación es trabajar para dar seguridad”, comparte Ricardo Gorostieta, de 28 años, licenciado en Seguridad Ciudadana por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.

Es cadete del Instituto y llegó a Nuevo León con el sueño de ser policía de San Pedro.

Junto con sus compañeras Karen Galicia, de 24 años, criminóloga egresada de la UANL, y Marlene Arreola, de 28 años, quien estudió un posgrado en Procuración de Justicia en la Universidad UniverMilenium, son el equipo que ganó el quinto lugar del “Ideatón 2022”.

Les falta un mes para terminar su formación como policías.

Su propuesta para reconstruir la confianza entre policías y ciudadanos es la creación de la “Feria de Prevención”, un espacio en el que sampetrinos acudan a convivir con elementos de seguridad, hagan honores a la Bandera, pláticas, juegos y se les entregue un informe de las actividades, seguimientos a reportes ciudadanos y resultados.

Sugirieron también realizar “Caravanas de Prevención”, una actividad en la que los policías irán a pie casa por casa para dialogar con vecinos.

“Buscamos que la sociedad sepa, aparte de los resultados que se dan estadísticamente, que el policía no deja de ser una persona que tiene necesidades”, dice Ricardo. “Una persona que tiene problemas y que a su vez esto también ayude a valorar que, aparte de todo eso, el policía tiene que dejarlo a un lado para poder apoyarlos”.

Karen y Marlene coinciden en que sus estudios profesionales les ayudarán a ser mejores policías, entender las necesidades de los ciudadanos, y lo más importante: ser parte del cambio.

“Para mí un policía se me hace como un superhéroe, (en la Policía) hay personas que tienen que saber de todo”, considera Marlene.