El Departamento de Seguridad Pública de Texas reconoció que cometieron un error al decidir esperar y no irrumpir en el salón de clases donde Salvador Ramos, de 18 años, había disparado a dos maestras y a niños de 10 años de edad.
Según lo informado por las autoridades, Ramos seguía disparando mientras los agentes esperaban afuera del salón de clases.