El juicio de Nikolas Cruz, el joven que confesó el asesinato de 17 personas en 2018 en una escuela secundaria de Parkland, Florida, comenzó este lunes para fijar su condena: pena de muerte o cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

El acusado de 23 años, que llevaba un suéter gris, azul y negro, gafas gruesas y un cubrebocas negro, se presentó en un tribunal de Fort Lauderdale, al norte de Miami, donde acudieron varios familiares de las víctimas del tiroteo que perpetró.

El procedimiento, que puede tomar unos tres o cuatro meses, es relativamente raro: ningún tirador en Estados Unidos que haya matado a tantas personas como Cruz en la era moderna ha sido juzgado. Los demás murieron durante sus ataques, ya sea por suicidio o en un enfrentamiento con la Policía.

Sentado entre dos de sus abogados, el joven ocultó varias veces la cabeza entre sus manos, mientras la sala revivía el horror de de una de las peores matanzas escolares del país con testimonios y audios grabados por supervivientes.

¿Cómo fue el tiroteo?

El 14 de febrero de 2018, Cruz, que entonces tenía 19 años, sembró el pánico en Parkland, una pequeña ciudad al norte de Miami, cuando entró con un fusil semiautomático AR-15 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas, de donde había sido expulsado un año antes.

En apenas nueve minutos, el joven mató a 14 estudiantes y tres empleados de la escuela, e hirió a otras 17 personas, antes de huir del lugar ocultándose entre las personas evacuadas del edificio.

La Policía lo detuvo poco después, cuando caminaba por la calle tras haber acudido a un local de comida rápida.

En el juicio que inició esta tarde, Danielle Gilbert, una ex alumna que sobrevivió al tiroteo, subió al estrado como testigo de la acusación.

Después de que recordara que Cruz hirió a tres alumnos de su clase y mató a otro, el tribunal difundió un video que ella grabó en pleno ataque.

En el audio de ese video, cuyas imágenes no se mostraron a la audiencia del tribunal, se oyeron durante minutos disparos, gritos y sollozos de los alumnos.

Varias personas abandonaron horrorizadas la sala, mientras muchos de los familiares de las víctimas lloraban y se abrazaban.

'Voy a ser el próximo tirador'

Horas antes, el fiscal principal del caso, Michael Satz, había descrito con numerosos detalles el recorrido criminal de Cruz en la escuela de Parkland.

“Les voy a hablar de lo indecible”, dijo al inicio de su declaración al jurado, en la que calificó el tiroteo de acto “frío, calculado y premeditado”.

Satz recordó que, tres días antes de la matanza, Cruz había grabado un video en el que anunciaba sus planes.

Voy a ser el próximo tirador en una escuela de 2018. Mi objetivo es (matar) al menos 20 personas".

¿Pena de muerte o cadena perpetua?

El juicio de Cruz, que se declaró culpable de los hechos en octubre del año pasado, determinará si se le impone la pena de muerte, como piden los fiscales, o no.

Según las leyes de Florida, para una sentencia de muerte, el jurado debe tomar una decisión por unanimidad. Si uno solo de sus miembros rechaza la pena capital, el acusado será condenado a cadena perpetua sin libertad condicional.

Tras las declaraciones del fiscal, la defensa de Cruz renunció a hacer su declaración inicial hasta después de que la acusación presente todas sus pruebas, dentro de unas semanas.

Se espera que los abogados aleguen que su cliente tiene trastornos mentales y que recuerden que pidió perdón por sus actos.

A pesar de su historial psiquiátrico y de advertencias de varios allegados sobre su peligrosidad, Cruz pudo comprar legalmente el rifle con el que cometió la masacre.

¿Qué se sabe de Nikolas Cruz?

Tras el ataque en 2018, registros públicos, publicaciones en redes sociales y entrevistas con personas que lo conocían revelaron que Cruz tenía antecedentes de problemas de salud mental y de comportamiento, así como una fascinación por las armas. Las autoridades habían perdido varias oportunidades de intervenir en su vida.

Sus padres lo adoptaron cuando su madre biológica lo entregó después de su nacimiento.

Los registros mostraron que el comportamiento de Cruz empeoró después de momentos difíciles en su vida. Encontró a su padre muerto en casa por una enfermedad cardiaca en 2004. Se enteró de que había sido adoptado cuando tenía 15 años. Su madre murió de neumonía en 2017, solo unos meses antes del tiroteo.

Había tenido problemas en la escuela desde el jardín de niños y tuvo incidentes de agresión en la secundaria. Su madre dijo a las autoridades que le habían diagnosticado TDAH, autismo y trastorno obsesivo compulsivo.

En 2016, Cruz le dijo a otro estudiante que tenía un arma en casa y que estaba pensando en usarla, lo que provocó que dos consejeros y un ayudante del alguacil concluyeran que debería ser internado para una evaluación psiquiátrica. Pero nunca pasó.

Asistió brevemente a una escuela alternativa para estudiantes con problemas emocionales, donde prosperó. Pero quería volver a Stoneman Douglas. Durante algún tiempo le fue bien, pero su comportamiento empeoró y se negó a recibir atención terapéutica una vez que cumplió 18 años.

En febrero de 2017, dejó la escuela por malas calificaciones. Tres días después, compró el rifle semiautomático que usaría en el tiroteo.

En varias ocasiones, la Policía fue llamada a su casa, pero nunca encontraron razones suficientes para detenerlo. Y el FBI manejó mal una investigación de denuncias sobre su interés en tiroteos en escuelas.

Después de que la madre de Cruz murió, un amigo suyo prometió cuidar de él y de su hermano. Pero el amigo echó a Cruz después de menos de un mes, tras haber llamado al 911 tres veces, en gran parte por las armas que tenía el joven. En el momento del tiroteo, Cruz vivía con la familia de un compañero.

Antes de la masacre, grabó tres videos con su celular que indicaban que, al igual que otros jóvenes perpetradores de tiroteos masivos, quería ser recordado.