De todas las luchas que libró la artista mexicana María Izquierdo (San Juan de los Lagos, 1902- CDMX, 1955) en su vida, la que más le duró fue la de ser mujer. En torno a su figura como artista se cuentan muchas historias, una de ellas que durante una exhibición de arte de los compañeros de clase, —donde Izquierdo era prácticamente la única mujer — Diego Rivera dijo que la obra de un tal “Izquierdo” era la mejor, aunque se rumora que cuando se enteró de que se tratara de una mujer, se retractó.

Otras versiones dicen que sus compañeros, enojados porque habían elegido a una mujer como la mejor de su generación, la acosaron hasta que ella terminó por abandonar la Academia.

Sin embargo, esa guerra, que inspiró su célebre frase “Es un delito nacer mujer. Es un delito aún mayor ser mujer y tener talento”, apenas empezaba.

El mural que no fue

Boceto original de María Izquierdo (1945)

En 1945, Javier Rojo Gómez, entonces jefe del Departamento Central del Distrito Federal, comisionó a María Izquierdo a realizar un mural para la escalera del Palacio del Ayuntamiento.

Ella comenzó a crear los bocetos preparatorios con el tema de la historia y el progreso de la Ciudad de México para los muros verticales y alegorías de las artes para los plafones del techo. Paralelamente contrató a sus asistentes y se dispuso a armar los andamios.

Tras varias excusas y dilaciones, el contrato fue cancelado definitivamente.

“Se cree que por consejo de Rivera y Siqueiros, que en ese momento habían conformado un comité de pintura mural, se recomendó cambiarle la comisión a un edificio menos importante, como un mercado o una escuela”, explica la doctora Dina Comisarenco, investigadora especialista en muralismo mexicano hecho por mujeres.

“Recordemos que Rivera ya había sacado de la jugada a Guerrero, de la Cueva y Charlot en la SEP y que dichos espacios no gubernamentales eran donde normalmente se permitía el trabajo de los artistas más jóvenes y/o de las muralistas mujeres, alegando que Izquierdo no tenía la suficiente experiencia. Vale la pena recordar que tampoco la tenían los ‘tres grandes’ cuando comenzaron su carrera como muralistas“, advierte la doctora en Historia del Arte por la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey.

Habría pintado una obra monumental, en una superficie total de 154.86 metros cuadrados, con un costo total de 34 mil 843 pesos de la época.

Izquierdo, furiosa, decidió entonces defenderse de la cancelación de su contrato y comenzó a difundir artículos en la prensa.

En 1947 publicó en El Nacional un texto titulado “Maria Izquierdo vs. los tres grandes”, en el que con gran claridad denunciaba al movimiento muralista como “el monopolio” masculino de Rivera, Siqueiros y Orozco.

“Izquierdo sufrió mucho a raíz de este dramático incidente, pero tuvo la claridad y la valentía necesarias para analizar y denunciar lo que en efecto estaba sucediendo con el movimiento muralista, que inició con gran idealismo como un movimiento que buscaba democratizar la experiencia artística ampliando el público de arte y dejando fuera las consideraciones mercantiles, pero que en lo que hace a los mismos artistas, no siempre resultó tan incluyente, ni tampoco tan abierto a otros estilos y concepciones artísticas como hubiéramos deseado”, puntualiza Comisarenco, autora del libro Eclipse de Siete Lunas, sobre las mujeres muralistas en México.

De los nueve bocetos para estos plafones, la autora finalmente pintó solo dos tableros transportables: “La Música” y “La Tragedia”, expuestos en la sala de actos de la Facultad de Derecho de la UNAM.

”Hice estos muros para demostrar que soy capaz de pintar al fresco y con proporciones monumentales, y que se me trató injustamente al rescindir mi contrato”, aseguró la pintora jalisciense en declaraciones de prensa.

“Algunos de los bocetos y de los frescos transportables que Izquierdo realizó para demostrar sus capacidades como pintora mural son testimonio de parte de lo que nos hemos perdido en la historia de la pintura mural por estas nefastas medidas excluyentes y misóginas que hemos expuesto”, lamenta Dina Comisarenco.

Una historia faltante

A pesar de que nacionalmente se ha hecho un consenso de que María Izquierdo es una de las artistas más relevantes en la historia de México, de que fue la primera artista mujer en exponer su obra fuera del País en 1930, en el Arts Center Gallery de Nueva York y de que su figura se encuentra en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, no solo no hay murales de ella en Jalisco, sino que tampoco existe una sola pintura de ella en colecciones públicas en museos del Estado.

Todas se encuentran en museos de la Ciudad de México, como el Museo de Arte Moderno o en colecciones privadas como la Colección Blaisten.

La historiadora especialista en arte feminista Hilda Monraz explica que además, Izquierdo murió muy joven, a los 45 años, lo que limitó su producción.

“Una de las características más importantes de su obra es que ella retrata de lo muy personal, a diferencia de sus colegas hombres que se dejaron llevar por este mensaje nacionalista de homogeneizar a la raza también por la fundación de la Secretaría de Educación Pública y los financiamientos del gobierno. Izquierdo y otras mujeres artistas retrataron otras escenas desde su postura personal como pintoras y como mujeres viviendo esa subjetividad”, reitera Monraz.

“Es muy interesante su obra porque retrata sus recuerdos, su infancia incluso, la vida rural en los Altos de Jalisco, la crítica al amor romántico, las estructuras tradicionales en las que ella creció y que enfrentó. Su visión subjetiva, el uso de colores muy vívidos, su mismo autorretrato donde lleva el color de su piel con mucho orgullo, la naturaleza”, agrega la experta.

El señor del caballo Firmada y fechada 1941 Óleo sobre masonite 44.5 X 59.5 cm. Expuesta en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara

Ahora mismo el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara expone dos obras de Izquierdo en la muestra colectiva “El Universo de lo Femenino”, de la colección privada de Claudio Jiménez Vizcarra.

Moisés Schiaffino, curador de la exposición dice que las colecciones privadas abiertas a la posibilidad de exponerse públicamente llenan un vacío que los museos, por cuestiones de presupuesto, no pueden llenar.

Schiaffino explica que el presupuesto con el que cuentan los museos públicos en México y en Jalisco es reducido y se limita cada vez en las administraciones gubernamentales, la compra de obra de artistas como Izquierdo es prácticamente imposible.

“Además, la obra de estos artistas con estas trayectorias muy pocas veces están en el mercado como para acceder a comprarlas, se recurre a los coleccionistas que ya tienen la obra ahí para poderla exponer”, repone el curador.

Estas obras son importantes, Schiaffano reitera que es crucial para los jaliscienses entender la crítica sociopolítica de obra de artistas jaliscienses como Izquierdo que no es tan conocida como la de artistas como Frida Kahlo o Remedios Varo.

Saldar una deuda

En 2016 la Secretaría de Cultura de Jalisco (SCJ) destinó 6 millones 145 mil 705 pesos a la compra de obra destinada a la colección pública Pueblo de Jalisco, que resguarda el Museo Cabañas, en ella integraron obra de 15 artistas, ninguno de ellos mujer.

Algunas de las personas que integraron el consejo que se conformó en el Cabañas para decidir la compra de las piezas se quejaron de que no se integrara a la colección obra de María Izquierdo “por factores de tiempo, presupuesto y negativa al sistema burocrático”.

Ya en 2018, la directora del Museo Cabañas de esa administración, Olga Gutiérrez pidió a la Comisión de Cultura del Congreso del Estado, presidida entonces por la diputada María Antonieta Vizcaíno, su apoyo para adquirir una pieza de Izquierdo para la colección que, entonces, contaba con solo tres piezas hechas por mujeres: Rosa Castillo, María Marín y Guadalupe Sierra. No se logró.

Ese año también la SCJ abrió un certamen de pintura bienal con el nombre de María Izquierdo, el primer premio lo ganó la artista Sofía Echeverri y luego no se volvió a realizar.

Ahora en 2022, como parte del centenario del movimiento muralista en México, el Cabañas inaugura varias exposiciones en conmemoración y una de ellas, en septiembre, será dedicada a Izquierdo.

Víctor Palacios, director en jefe del recinto, explica que la muestra esta compuesta por una sola pieza de 1947, “Sueño y Presentimiento”, una pintura al óleo posterior al incidente del mural que detuvieron los “tres grandes”, así como de una serie de problemas de salud que finalmente la llevaron a su muerte en 1955.

“Más allá de que es una de las artistas jaliscienses más importantes en el siglo 20, fue una de las artistas que quiso participar activamente en el muralismo y tuvo muy malas experiencias al respecto”, señala Palacios.

“No tenemos obra de María Izquierdo en la colección permanente de este museo, la exposición también quiere hacer hincapié en ese tremendo vacío que tenemos. Se presenta la oportunidad de que un coleccionista de CDMX nos preste ésta”.

La muestra además incluirá documentos, fotografías, notas periodísticas y bocetos que forman parte del archivo del Museo de Arte Moderno que ilustran parte de la importancia de su trabajo.

“Sí se va a abordar en los documentos su enojo y su frustración por no poder formar parte del muralismo, por eso se incluye dentro del marco de los cien años del muralismo”, dice Palacios.

La muestra será inaugurada el próximo 10 de septiembre.

Información: Alejandra Carrillo
Fotos: Archivo
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