Aunque tienen acceso a una educación de calidad, los estadounidenses deben endeudarse por años, y a veces hasta décadas, para pagar las colegiaturas de la Universidad.
La condonación de la deuda es una lucha de los sectores progresistas en Estados Unidos, pero los conservadores se oponen a la medida por considerarla un insulto a aquellos que sí han pagado sus préstamos y a los que no pudieron acceder a la Universidad.
Críticos de todo el espectro político también cuestionaron si Biden tiene autoridad para la medida, y se prevén apelaciones. La izquierda estadounidense, por su parte, ha pedido que se cancele el total de toda la deuda estudiantil.
Por otro lado, el plan no aborda el problema a fondo ni ofrece una solución permanente, pues las matrículas universitarias y otras tarifas escolares se han disparado.
En promedio, una carrera estadounidense de cuatro años, incluido el alojamiento y la comida, aumentó casi un 11 por ciento durante la década hasta el año escolar 2020-2021, según el Departamento de Educación.