“El xocolatl era agua amarga (cacao y agua), no se endulzaba, si acaso le ponían aguamiel o alguna miel de abejas meliponas, pero realmente era un agua amarga. El chile también se utilizaba con cacao como vigorizante. El cacao era el alimento de los dioses y solo ciertas élites del poder lo podían consumir. El resto de la población lo comía con maíz, lo que es el pozol”, describe.
Era tal la fascinación por el cacao, que los mayas tenían una especie de bautismo con la semilla de Theobroma Cacao, donde sumergían un hueso en una vasija llena de cacao mojado con agua virgen (traída de cóncavos de los árboles o piedras de los montes) y flores, y untaban esa agua en la frente, rostro y espacio entre dedos de manos y pies del niño, relata el libro.