Ubicado en el puesto 13 de la parrilla de salida para la carrera del Gran Premio de Italia, Sergio Pérez tuvo una arrancada desafortunada en la que cayó algunos lugares.
Con la misión de remontar, el piloto de Red Bull entró a boxes en la vuelta 9, pero al reincorporarse a la pista comenzó a salir humo de su llanta delantera derecha, ocasionado la pérdida de rendimiento en el RB18.
No obstante, sus ingenieros le dieron algunas recomendaciones para solucionar el problema y que pudiera continuar en la competencia.
Checo logró sobreponerse con un sexto lugar gracias a los rebases que realizó y con las posiciones heredadas de los pilotos que entraron a boxes.