Espectáculo de nubes y neblina elevándose del Río Grande-Santiago al salir el sol.

Correr en la naturaleza es una de las acitividades preferidas de muchos deportistas que buscan un acondicionamiento físico.

Al inicio del camino de la Barranca de Huentitán hay una capilla dedicada a la Virgen de Guadalupe en donde los paseantes y deportistas hacen oración antes de descender.

‘El Chucky’, un burro de carga, es utilizado por su dueño Jonathan para bajar bebidas y venderlas a los paseantes.

Una de las paradas obligadas de los paseantes es el mirador de la Peña Blanca, donde además de observar los ríos Verde y Lerma, se toman las fotos del recuerdo.

Las veredas de la barranca fueron antiguos caminos a pueblos de Jalisco y Zacatecas. Actualmente, son usadas por los  senderistas quienes disfrutan largos recorrido por las orillas del Río Lerma en la parte baja de la barranca.

El Puente de Arcediano fue uno de los primeros puentes colgantes en México, creado en su origen en 1895 para unir al norte de Jalisco con el Camino Real a Zacatecas.

La actual estructura, abierta al público en 2013, fue reubicado a 700 metros aguas debajo de la edificación original con una nueva construcción que emula a la original.

El Río Verde es uno de los cauces que llegan de Los Altos de Jalisco para unir sus aguas al Río Grande-Santiago en el paraje conocido como Las Juntas, antes del Puente de Arcediano.

Garzas de río merodean sobre la corriente del agua del Río Lerma en busca de peces, anfibios o insectos que son parte de su dieta.

Un cardumen de mojarras nada sobre la superficie del Río Verde en busca de alimento. Muchas especies de animales acuáticos luchan por sobrevivir a pesar de la contaminación de las aguas..

Una mariposa detiene su vuelo en las flores silvestres de una de las veredas de la Barranca de Huentitán, también conocida como Barranca de Oblatos.

En el interior de la barranca se encuentra la planta hidroeléctrica de Colimilla que fue inaugurada en 1951 y que en la actualidad continúa produciendo energía eléctrica.

Momento de descansar o de un buen chapuzón en “las pilitas de agua termal” en La Barranca de Oblatos, lugar al que acuden familias a disfrutar de la tranquilidad de una alberca en la naturaleza.

La barranca luce verde en el tiempo de lluvias, el paisaje cambia con el invierno y los primeros meses del año.

Fotos y texto: Ángel LLamas @diablollamas

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