No le tiraron en todo el primer tiempo, pero respondió con dos atajadas en el segundo.
Un error le costó la expulsión. Comprometió a su equipo con una falta en una zona de poco peligro.
Ganó el grueso de los balones que disputó, aunque fue poco claro para salir jugando.
Es una roca en defensa, duro de penetrar. Se sumó al ataque y provocó peligro.
Cumplió con su función defensiva y pasó al frente con criterio para enviar centros al área.
Jugó de ida y vuelta, primer como extremo, luego como lateral. Dio una asistencia.
En alguna jugada dividió el balón, pero a la hora de quitar ganó en casi todas.
Siempre estuvo bien ubicado. Casi perfecto en la distribución del balón en corto y en largo.
Intrascendente. Cuando logró desbordar, ninguno de sus centros encontró rematador.
Arrancó como enganche, luego hasta apareció en punta, pero no encontró su sitio.
Definió el partido con sus dos goles. El primero fue un tiro libre directo excepcionalmente cobrado.
Ingresó al 60′ por Lichnovsky. En media hora produjo prácticamente nada.
Entró al 81′ por Carioca. Ubicado para despejar; tapó un par de disparos.
Relevó a Quiñones al 81′. Entró poco en juego, pero no perdió el balón.
Sustituyó a Fulgencio al 86′. Acertó cada pase que intento y cumplió.
Ingresó al 86′ por Gignac. Toco seis pelotas y falló dos pases de cuatro.
En un partido sordo, a Tigres lo salvó la genialidad de André-pierre Gignac y otros esfuerzos individuales.