El mediodía del sábado, llegué al lugar señalado y decenas de personas ya esperaban la llegada de los autobuses.
Los organizadores tomaban lista a las personas que iban llegando y anunciaban que los camiones venían retrasados.
Finalmente los autobuses llegaron poco después de las 14:00 horas y todos se abalanzaron para tratar de conseguir un buen lugar.
“Tranquilos, hay lugar para todos, no se empujen”, gritaban los organizadores.
“Todos vamos a ir a ver al Presidente”.
A los pocos minutos de arrancar el camión, a las 14:15 horas, surgió la primera pregunta de una pasajera.
“¿Y dónde vamos a dormir cuando lleguemos?”, dijo en voz alta.
“Quién sabe, pues aquí en el camión, ni modo”, le respondió su acompañante.
El conductor hizo una primera escala en una estación de carga de combustible, en Santa Catarina, como a las 15:00 horas y la primera mala noticia fue que luego de que algunas personas usaron los baños detectaron que no funcionaban bien.
“Quien quiera ir al baño vaya de una vez, porque están clausurados los del autobús y no vamos a parar hasta Matehuala”, advirtió Yolanda Álvarez, organizadora del viaje, quien en todo momento portó chaleco y gorra guinda con el nombre de Morena.
La mayoría se quedó en el autobús.
En el trayecto del viaje repartieron lonches y rifaron gorras del partido del Presidente. A las 19:00 horas llegamos a Matehuala.
Ahí la mayor parte de los viajeros fueron al baño y compraron provisiones. Nos alcanzó otro camión que salió del mismo punto, Tras 30 minutos de descanso, el autobús partió nuevamente, sin que los organizadores establecieran las nuevas paradas.
Por Querétaro, la mitad de los pasajeros –muchos adultos mayores– empezaron a solicitar que el camión se detuviera para que fueran al baño. Era cerca de la media noche.
“Tiene que pararse en un lado, no puede manejar seguido hasta allá (la Ciudad de México), algunos necesitamos ir al baño”, dijo un pasajero.
A los pocos minutos, el chofer detuvo la unidad en una gasolinera. Ahí la mayoría bajó al baño y a los 15 minutos continuó el viaje, para luego detenerse dos horas después en Tepotzotlán.
Finalmente, el camión llegó a las 02:35 horas del domingo a Ciudad de México.
Para ese entonces ya había cientos de autobuses que llegaron de todo el País.
La unidad donde íbamos se estacionó en la esquina de Sevilla y Hamburgo, a dos cuadras de la Fuente de la Diana Cazadora, en Paseo de la Reforma.